DETALLE DE LO TRATADO
Introducción
El fatalismo
El mal humor
INTRODUCCIÓN
Seguimos con el tema de las diferentes actitudes frente a las situaciones que se nos presentan en la vida. Como ya hemos dicho antes, muchas veces éstas son el resultado de la influencia de las personas que nos formaron y de su filosofía de vida.
No podemos dejar de lado que nuestras actitudes, independientemente de cuál sea su origen, afectan a terceros. Pero, al final del camino, los más afectados somos nosotros mismos.
Es importante reconocer que los pensamientos, emociones y actitudes, dirigen nuestro comportamiento. ¡Y todos son controlables! Por eso es muy importante que tengas un plan de acción para que vivas en plenitud la vida que Dios te ha dado. Tú decides la calidad de tu vida. Hoy vamos a hablar sobre el fatalismo y el mal humor.
Descripción
El fatalista cree que todas las cosas de su vida ya están predestinadas por lo que, al estar fuera de su control, no puede hacer nada para cambiarlas. Este pensamiento le libra, en cierta forma, de asumir responsabilidades y tomar decisiones.
Algunas personas se escudan en las palabras del Salmo 139:16, donde dice: «Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos».
Pero el que Dios haya determinado el número de nuestros días no significa que no tenemos la obligación y el privilegio de que esos días sean de la mejor calidad posible.
Su impacto
Una actitud fatalista puede llevarte a tener sentimientos de resignación ante la vida y robarte la ambición sana y el entusiasmo por el futuro. Total, piensas, si no puedo cambiar el destino, para qué me voy a preocupar.
Dios ha diseñado un plan para tu vida, pero te ha dado libre albedrio. ¿Qué circunstancia de tu vida has dejado en manos del destino? Si bien puede ser cierto que en tu familia ha habido pobreza, eso no quiere decir que necesariamente tengas que ser pobre. Hay cosas que puedes hacer para no serlo. Pero, al pensar con esa actitud fatalista, te estás condenando a una vida de excusas, frustración y mediocridad.
Plan de acción
Descripción
La vida está compuesta de muchas experiencias positivas que nos hacen sentir bien. Pero también nos encontramos con cosas negativas que no nos gustan. Cuando esto sucede, podemos reaccionar poniéndonos de mal humor. Aunque también es cierto que hay veces en que no necesitamos una excusa para estar de mal humor.
¿Normalmente estás de buen humor y respondes con amabilidad a los demás? El gruñón tiene una vida desequilibrada y habitualmente está irritado y malhumorado.
Su impacto
Cuando hablamos del mal humor, es importante recordar que el mal humor es contagioso.
Una mala palabra, un gesto, un silencio prolongado o cualquier cosa que molesta a una persona y que ésta transmite a los demás con su expresión corporal, puede ser suficiente para que el mal humor se instale en el ambiente y todos los allí reunidos acaben de mal humor.
La forma de evitar esta situación es que la persona que la inició canalice su enojo adecuadamente y exprese su molestia correctamente, antes de que el coraje se encapsule y se convierta en mal humor.
Como dijo la Madre Teresa de Calcuta: «La amargura y el orgullo son hermanos gemelos; el mal humor y la irritabilidad son sus inseparables acompañantes».
Plan de acción
Es necesario reconocer que los pensamientos, emociones y actitudes, dirigen nuestro comportamiento. ¡Y todos son controlables!
Por eso es muy importante que tengamos un plan de acción para que vivamos en plenitud la vida que Dios nos ha dado.
Tú decides la calidad de tu vida.