• abril 7, 2022
  • Por amor

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  • INTRODUCCIÓN
    ¿Alguna vez has hecho algo que no quieres hacer, que no disfrutas, que hasta te molesta, pero aun así lo haces por amor a otra persona?

    Cuando yo (Noemí) recién me casé, no me gustaba el café. Muy pocas veces lo había probado (me casé bien joven) y no me había gustado. Pero a mi esposo le encanta el café. Cada mañana amanecía como robot o zombi directo a la cafetera, sin fallar. Entonces decidí tomar café para acompañarlo en las mañanas. Compré como cinco sabores diferentes de café para ver cuál me gustaba más, y una mañana, cuando éramos dos jovencitos recién casados, lo sorprendí con una gran taza de café para mí, para acompañarlo. Y lo demás es historia, ahora me encanta el café y el tiempo que paso con mi esposo tomándolo.

    Eso es algo pequeño que hice por amor a mi esposo. Otras personas, por ejemplo, «soportan» a los familiares de sus parejas por amor, o ven películas «aburridas» por amor, etc. En fin, hay cosas que, aunque no nos gusten hacer, las hacemos por amor.

    ¿Y qué tal la madre que soporta tantos malestares durante el embarazo y aguanta tantísimo dolor en el parto por amor a su bebé? Ninguna mujer quiere sufrir, pero va feliz al hospital porque, aunque sabe que va a sufrir mucho, ama a esa criatura a quien aún no ha conocido.

    Este domingo que viene se inicia la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos, cuando los cristianos recordamos el comienzo de la caminada agria de Cristo hacia la cruz. A pesar de su entrada triunfal en Jerusalén, donde las multitudes lo aclamaron y adoraron, Jesús sabía que iba a sufrir; sabía que esas mismas personas que lo adoraron el Domingo de Ramos lo iban a matar el Viernes Santo. Como ser humano, Jesús no quería morir, pero como Hijo de Dios sabía para qué había venido al mundo, y por ello fue a la cruz: solo por amor.

    TRADICIONES DE SEMANA SANTA
    En nuestra cultura tenemos muchas tradiciones buenas y otras tantas no tan buenas para la Semana Santa. ¿Cuáles son algunas tradiciones con las que creciste en Semana Santa? Cuéntanos en nuestra página de Facebook sentido_latino. Aquí hay algunos ejemplos muy interesantes:

    * Procesiones, donde los párrocos salen a bendecir a sus comunidades.

    * Comer pescado en vez de carne, para honrar así la muerte de Jesús, quien entregó su carne por la humanidad.

    * Obras de teatro en la comunidad representando la historia de la pasión.

    * Plegarias, penitencias, ayuno y vigilias.

    * El Cirio o vela Pascual que se bendice y enciende en la Vigilia Pascual, durante la noche del Sábado Santo.

    * Adornar y pintar huevos de diferentes colores que representan la resurrección de Jesús y la esperanza cierta de una nueva vida.

    HACIA EL SUFRIMIENTO POR AMOR
    Jesús sabía que iba a sufrir, sabía que las mismas personas que lo adoraban el Domingo de Ramos iban a pedir que lo mataran el Viernes Santo. Sabía que los latigazos iban a doler y que la corona de espinas se clavaría en su cabeza. Sabía que le iban a clavar clavos en las manos y en los pies y sabía que le iban a atravesar una lanza en el costado. Sin embargo, aun sabiendo todo eso, se mantuvo firme en su camino hacia el sufrimiento. Todo por amor a ti y a mí.

    Está bien que tengamos tradiciones, pero no olvidemos recordar en esta Semana Santa que Alguien vio de frente al sufrimiento y caminó hacia él, por amor, para rescatar a quienes teníamos una sentencia de muerte por nuestra propia culpa.

    El sufrimiento que vemos en todas partes hoy en día es evidencia del desorden que existe en el mundo y en el corazón de las personas. Es la consecuencia que pagamos por habernos separado de Dios. Y es por esa separación causada por nuestra rebelión, que Jesús tuvo que sufrir.

    En esta Semana Santa te invitamos a reflexionar en aquellas cosas que no quieres hacer porque te causan dolor o quizás fastidio, pero que sabes que las debes hacer por amor a otros y por responsabilidad social. ¿Qué cosas haces aunque no quisieras? Cuéntanos en nuestra página de Facebook sentido_latino. Aquí hay algunos ejemplos:

    * Quizá no quieras ir a trabajar el lunes, pero lo haces por amor a tu familia, a ti mismo, a la sociedad, y por respeto a tu empleador.

    * Quizá no quieras lavar la ropa, limpiar la casa, sacar la basura, pero lo haces por amor.

    * Quizá no quieras pagar el alquiler o la hipoteca de tu casa sino que quieres gastarlo todo en un viaje a Grecia, pero lo pagas, por amor.

    * Quizá no te guste el café, pero lo tomas con tu pareja por amor.

    * Quizá te de mucho miedo dejar a tu pareja abusiva, pero enfrentas el miedo y lo haces por amor a ti mismo, a tus hijos, a la sociedad…

    * Quizá no quieras dejar de comer cosas dulces, pero lo haces porque te amas y quieres controlar la diabetes.

    * Quizá no quieras ponerte a estudiar en la noche cuando tus hijos duermen para poder completar tus estudios, pero lo haces por amor y para darles un ejemplo.

    * Quizás no quieras dejar ese hábito o adicción que te lastima y lastima a quienes están a tu alrededor, pero lo haces por amor a ti mismo y a los demás.

    * Si hay algo que sabes que tienes que hacer pero no quieres hacerlo, ¡míralo de frente y hazlo!

    Yo creo que Jesús tenía sangre latina, porque cuando entró a Jerusalén en ese primer Domingo de Ramos y la multitud de personas empezó a adorarlo y honorarlo como su rey, él sabía que cuando no hiciera lo que ellos esperaban que hiciera, lo iban a crucificar. Pero él tenía bien claro su rol y sabía que había venido al mundo a dar su vida a para pagar la culpa por nuestros pecados que nosotros no podíamos pagar. Y así, sin renegar, siguió su camino a la cruz.

    CONCLUSIÓN
    Los invitamos a que descarguen de forma gratuita el folleto titulado «Meditaciones sobre las siete palabras» y el librito para niños titulado «La historia de la Pascua».

    Jesús aparece en nuestra historia trayéndonos misericordia y perdón. Él entra en Jerusalén y también en nuestras circunstancias. Viene para traernos de regreso a una relación correcta con Dios, con nosotros mismos y con nuestro prójimo. Él es quien restaura la integridad, la esperanza, nuestro corazón y nuestra propia vida. Y lo hace con y por amor.

    Te invitamos a que este domingo asistas a una iglesia y adores a Jesús como tu Rey. Que Dios prepare tu corazón para recibir y apropiarte de sus palabras para que veas tus retos a la cara y puedas decir, «lo haré por amor».


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