Hoy queremos hablar de un tema sensible que, lamentablemente, afecta a más personas de las que nos imaginamos: se trata de la violencia doméstica. ¿Sabías que en los Estados Unidos un promedio de 24 personas por minuto son víctimas de violación, violencia física y/o emocional o acecho por parte de una pareja íntima? Esto quiere decir que, en el transcurso de un año, más de 12 millones de mujeres y hombres sufren de algún tipo de violencia doméstica. [1] Según la Línea Directa Nacional de Violencia Doméstica, 1 de cada 4 mujeres y 1 de cada 7 hombres de 18 años o más han sido víctimas de violencia física grave por parte de una pareja íntima durante su vida. ¡Las estadísticas son alarmantes!
En un programa emitido en marzo del 2020 tratamos este tema, explicando qué es la violencia doméstica y sugiriendo cómo hacer un plan para salir de tal situación. Ese programa fue dedicado a las personas que están pasando por violencia doméstica. Te sugerimos que vayas a la sección Recursos de esta página y lo escuches, si crees estar en una situación de abuso. Tiene información muy pertinente y útil. Pero también puedes oír este programa sin haber oído el anterior.
Lo cierto es que la mayoría de las víctimas de violencia doméstica sufren en silencio y soledad. Pero hoy queremos recordarte que no tiene que ser así. Nosotros podemos ser agentes en su detección, prevención y ayuda. Y de eso queremos conversar el día de hoy. Queremos recordarles a aquellas personas que Dios no les ha abandonado. Este programa lo dedicamos a personas cercanas a aquellos que viven en abuso y violencia doméstica.
Es muy difícil ver a una persona que amamos vivir en abuso. Y muchas veces no sabemos qué hacer. Hoy conversaremos sobre este tema y daremos algunos consejos prácticos para ayudar a nuestros seres queridos que sufren. Pero primero vamos a definir lo que es la violencia doméstica en sí. Muchas personas han reconocido que se encontraban en una situación de violencia doméstica y no lo sabían porque no se daban cuenta de lo sutil que era. ¡Cuidado!
Un artículo de la Iglesia Luterana del Sínodo de Missouri titulado «La violencia es un hecho real», dice que el abusador trata de controlar lo que haces, con quién hablas y a dónde vas, a la vez que intenta intimidar, manipular, humillar, aislar, atemorizar, aterrorizar, coaccionar, amenazar o culpar. El abusador intimida con armas, golpea y ahoga. Amenaza con terminar la vida de la persona que está siendo abusada, o la de otros. Le impide ver a sus amigos o a la familia.
Sus efectos más profundos no son necesariamente de naturaleza física. El efecto emocional de la violencia y las amenazas es lo que finalmente destruye la relación. Cuando alguien que prometió amar, respetar y apreciar a su pareja la abusa, la amenaza, la humilla y la degrada, el daño más profundo se lo hace a su alma y espíritu, y no a su cuerpo. Por esta razón, es importante reconocer que la violencia doméstica o abuso es a veces más verbal y emocional que física.
Queremos recordarte que en los Estados Unidos es ilegal cometer un ataque, agresión o amenaza criminal en contra de cualquier persona. Pero si la víctima es tu novio o novia, cónyuge, pareja o el padre o madre de tu hijo, las leyes por violencia doméstica hacen la acusación mucho más grave.
Y quisiéramos hacer una pausa en estos momentos para que anotes esta información. Si en estos momentos estás sufriendo algún abuso, puedes entrar a https://espanol.thehotline.org donde puedes chatear de forma confidencial. También puedes llamar al 1.800.799.7233 o enviar un mensaje de texto con la palabra «start» al número 88788.
También quisiéramos ofrecerles, de forma gratuita, nuestro folleto titulado ¿Será que Dios me ha abandonado? – Respuestas para quienes sufren violencia doméstica. Es un recurso excelente para aquellos que sufren abuso y para aquellos que lo ven de lejos en los hogares de sus seres queridos. Lo pueden descargar en forma gratuita en la sección Recursos de esta página web.
Thehotline.org, la página web de la Línea Directa Nacional de Violencia Doméstica, una organización con casi dos décadas y media de experiencia respondiendo al llamado de apoyar y devolver el poder a las personas afectadas por el abuso de relaciones, no se equivoca cuando dice que ver a alguien que amamos soportar una situación abusiva es muy difícil bajo cualquier circunstancia, y no siempre tenemos claro cuál es la mejor manera de responder o ayudar cuando vemos señales de advertencia de abuso. Quizá nuestro instinto sea «salvarlos» de la relación, pero el abuso nunca es así de simple. Hay muchas maneras en que aparece y hay muchas razones por las que las personas permanecen en situaciones abusivas.
Las relaciones abusivas son situaciones extremadamente complejas y se necesita de mucho coraje para salirse de ella. El abuso tiene que ver con el poder y el control. Cuando un sobreviviente abandona su relación abusiva, amenaza el poder y el control que su pareja ha establecido sobre él o ella.
La violencia doméstica es un patrón de comportamientos utilizados para ganar o mantener el poder y el control. Comprender cómo funcionan el poder y el control en el contexto del abuso y cómo devolver el poder a los afectados por la violencia doméstica son algunas de las formas más importantes de apoyar a los sobrevivientes en su vida.
Sobrevivir al abuso en una relación es siempre traumático, y las personas en cualquier etapa de una relación abusiva necesitan contar con personas que les brinden apoyo mientras procesan emociones complejas y navegan los próximos pasos.
Tú y yo podemos proporcionar apoyo emocional esencial de las siguientes maneras:
* Reconociendo que su situación es difícil, aterradora y que ellos son muy valientes al poner de su parte para recuperar el control.
* No juzgando sus decisiones ni criticándolos o culpándolos por las decisiones que toman.
* Recordando que no podemos «rescatarlos» y que las decisiones sobre sus vidas dependen de ellos.
* No hablando mal de la pareja abusiva.
* Ayudándoles a crear un plan de seguridad.
* Apoyándolos si terminan la relación y están solos o molestos, o regresan a su pareja abusiva.
Puede que los sobrevivientes dependan económicamente de la pareja abusiva o no tengan acceso a recursos materiales. Una de las formas más inmediatas de apoyar a alguien que experimenta abuso en la relación es ayudándole con sus necesidades materiales. Podemos ayudarlos a:
* Identificar una red de apoyo que ayude con necesidades físicas como vivienda, alimentación, atención médica y transporte.
* Recopilar sus documentos importantes en una «bolsa para llevar» en caso de una situación de emergencia.
* Participar en actividades fuera de su relación con amigos y familiares
* Hablar con personas que puedan proporcionar más ayuda y orientación.
* Ayudarles a conocer sus derechos legales a través de recursos como La Ley de la Mujer, en www.womenslaw.org/es, que proporciona información sobre las leyes y procedimientos de violencia doméstica en español y en un lenguaje fácil de entender.
Y aquí hacemos una pausa para recordarles que Vivenciar.net está disponible para proporcionar acompañamiento de manera gratuita y en español.
Con el permiso de ellos, podemos asegurarnos de que sus vecinos estén al tanto de la situación y que sepan qué hacer (y qué no hacer) durante un momento de crisis o confrontación con una pareja abusiva.
Las personas maltratadas a menudo se sienten solas y creen que son las únicas que viven en esa horrible situación. Es común que se pregunten: «¿Será que Dios me ha abandonado?» «¿Será que a nadie le importo?» «¿Qué va a pasar si mi familia, comunidad o iglesia descubre la verdad?»
Dios no te ha abandonado, Él prometió no desampararnos ni abandonarnos. (Hebreos 13:5) Deja de pensar en si le importas o no a los demás porque a Dios tú si le importas. No te preocupes por lo que dirá la gente, preocúpate por ti y por cómo saldrás de esa situación. Con la ayuda del Señor lo lograrás.
A veces pensamos que si tenemos fe no tendremos problemas, mucho menos violencia doméstica. No olvidemos que hay gente egoísta y de malos sentimientos, y es por eso que existe la violencia en todas sus formas y sucede en cualquier momento y lugar, incluso en hogares buenos y hasta en el de personas creyentes, pero te aseguro que la gente buena supera a la mala.
Entonces, ¿dónde está Dios en todo esto? Quizá la persona que pasa por abuso sienta que Dios le está castigando, o puede estar llena de enojo hacia Dios por permitir que esto le suceda. Puede sentir que Dios le ha abandonado o que no comprende su situación. Pero Dios entiende lo que está experimentando. El abuso no es un castigo de Dios. Nadie merece ser abusado. Jesús ya soportó todo castigo merecido por nuestros pecados y pagó en su totalidad y de una vez por todas.
Se puede estar enojado con Dios por permitir que suceda un abuso; se puede estar enojado con la pareja por sus acciones; enojado con quienes les rodean por no ver el problema. Esos sentimientos son normales. Pero hay que tener en claro que el abuso no es la voluntad de Dios para tu vida. El plan de Dios es de bienestar y esperanza, no de maltratos y abuso. Recuérdales que en estos momentos les puede parecer que Dios les ha abandonado; sin embargo, Dios promete estar con nosotros siempre.
[1] https://elpais.com/elpais/2017/12/18/buenavida/1513590979_476322.html