Si te has hecho la idea de que todo va a ser perfecto en tus relaciones, estás equivocado. Aun haciendo nuestros mejores esfuerzos, en ocasiones volveremos a caer en hábitos dolorosos e improductivos. Hoy queremos hablar acerca de cómo mejorar nuestras relaciones interpersonales.
La realidad es que muchas de las situaciones que tenemos en nuestras relaciones, ya sea de pareja, con compañeros de trabajo o con nuestros familiares, incluyendo a nuestros hijos, tiene que ver con nuestra manera de resolver los conflictos. Los conflictos son naturales en todas las relaciones porque cada individuo es diferente. El asunto es aprender a gestionar estos conflictos para el beneficio de nuestras relaciones.
Y el primer paso para enfrentar un conflicto en forma constructiva es reconocer nuestras conductas destructivas. Para eso debemos ser pacientes con nosotros mismos y con los demás.
Pero antes de continuar, queremos aprovechar para poner a tu disposición nuestro folleto titulado «Cómo resolver los conflictos». Lo puedes descargar de forma gratuita en la sección de RECURSOS de esta página web, así como en nuestra aplicación móvil gratis CPTLN.
Este lunes celebramos el día de los caídos, día en que se realizan mucho actos conmemorativos y recordatorios por todo el país. Pero alguien dijo, y muy acertadamente, que «Las ceremonias son importantes. Pero nuestra gratitud debe ir más allá de las visitas a los cementerios y las ceremonias del Día de los Caídos una vez al año. Honramos mejor a los muertos tratando bien a los vivos».
¡Qué palabras tan sabias! En Sentido Latino nos unimos a honrar a todos los que han muerto por defender la libertad de este país que disfrutamos nosotros hoy, y lo hacemos conversando acerca de qué podemos hacer para tratar bien y llevarnos bien con quienes nos rodean.
Según Kendra Cherry, especialista en rehabilitación psicosocial y educadora, está comprobado por las investigaciones que las buenas relaciones interpersonales ejercen beneficios importantes tanto en la salud física como en la psicológica. Algunos de ellos son:
* Combatir la soledad
* Aumentar la resistencia al estrés
* Disminuir el riesgo de depresión y suicidio
* Reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares
* Mejorar la longevidad
Cuando tenemos relaciones buenas y profundas con otras personas, es posible que nos sintamos más motivados a hacer cosas que benefician nuestra salud. Por otra parte, también se sabe que las personas que tienen más relaciones sociales, también son más propensas a comer una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y evitar fumar.
Entonces vale la pena trabajar en el mejoramiento de nuestras relaciones interpersonales.
Según la licenciada Ruth Koch, el primer paso para enfrentar constructivamente un conflicto es reconocer nuestros hábitos de comunicación destructivos. Por ejemplo:
* Si tu lema es: «No me enojo, pero me desquito», es probable que tengas muchos conflictos en tu vida. Porque por lo general, el desquitarse no suele detener ni resolver ningún conflicto. De hecho, desquitarse a menudo hace que ambas partes estén más decididas a tomar revancha.
* Si a todas las molestias del tamaño de una moneda de diez centavos reaccionas con un enojo de $10 dólares, probablemente vas a estar enojado con casi todo el mundo la mayor parte del tiempo, ¡y exhausto!
* Si cada vez que algo te sale mal en el trabajo o en tu casa tienes que echarle la culpa a alguien, es posible que muchas personas te eviten simplemente para no ser ellos tus chivos expiatorios.
* Si cada vez que te enojas con alguien o alguien se enoja contigo te vas de la habitación o de la casa, es probable que tengas asuntos pendientes y mantengas relaciones tensas con muchas personas.
* Si guardas rencor a las personas que te han lastimado y cuando las recuerdas piensas: «puedo perdonar, pero no puedo olvidar», es probable que estés a punto de estallar por causa de tantos recuerdos dolorosos causados por otros.
Según Koch, todas estas son formas dolorosas y no productivas de lidiar con el enojo y los conflictos. Lamentablemente, en todas partes vemos a personas reaccionar así ante los conflictos: en nuestros hogares, entre nuestros amigos, en la televisión, en las películas y hasta en nosotros mismos.
¡Pero hay esperanza! El primer paso para enfrentar el conflicto en forma constructiva es reconocer nuestras conductas destructivas. La buena noticia es que Dios no nos deja solos para resolver nuestros problemas de comunicación. Dios también sabe que necesitamos un cambio desde adentro, sabe que necesitamos ayuda con nuestras relaciones interpersonales. Sabe que por nosotros mismos no podemos lograr un cambio duradero.
Dios, por medio de Jesús, se ha hecho cargo del conflicto que nos separaba de él. Ahora podemos hacer lo mismo y tratar nuestros conflictos de manera positiva. A continuación, compartimos algunas pautas para mejorar nuestras relaciones.
1. La violencia física, el sarcasmo, las humillaciones y los insultos no tienen, ni nunca tendrán lugar en una conversación que trata de resolver una discrepancia o problema en forma positiva.
2. Tampoco lo tienen las amenazas, acusaciones, culpas o coerciones («si no haces lo que yo digo o quiero, me voy»). La persona que se siente amenazada o asustada no puede pensar con claridad y, por lo tanto, no podrán encontrar juntos una solución.
3. El pasado debe quedarse en el pasado y se debe hablar sobre el aquí y ahora y sobre el problema actual. Si hay cosas del pasado que necesitan ser discutidas, se hace en otro momento.
4. Ambas partes tienen el mismo derecho de hablar y exponer su posición, y de ser escuchadas con atención, así como también tienen la misma obligación de entender lo que el otro está diciendo. Si alguien no entiende algo, debe pedir aclaración. El objetivo es comprender el punto de vista de la otra persona.
5. No todo se resuelve siempre en una charla. A veces hay que hablar de un problema por etapas. Cuando sea así, el tiempo entre las conversaciones puede servir para reflexionar sobre los puntos de vista de la otra persona y reevaluar el punto de vista propio.
6. La mayoría de los problemas tienen más de una solución, por lo que es importante encontrar la solución con la que ambas partes estén de acuerdo.
7. A través de Jesús, Dios perdonó nuestros errores contra Él. Gracias a eso, nosotros también podemos perdonar a quien nos ha herido. Perdonar no quiere decir que las acciones de la otra persona sean aceptables, sino que ya no lo vas a volver a mencionar y que vas a seguir adelante con la relación. Dios está siempre dispuesto a ayudarnos a perdonar.
8. Poder hablar de manera calmada y constructiva es importante para construir una relación saludable. También lo es cerrar la conversación en buenos términos. No es imprescindible dar una gran muestra de afecto, pero al menos un pequeño gesto que diga: «Tenemos un futuro juntos, y eso me alegra».
Es maravilloso poder hablar sobre un problema con alguien que te importa, ¡y también es maravilloso que te escuchen!
Si te has hecho la idea de que siguiendo estos consejos todo va a ser perfecto en tus relaciones, estás equivocado. Aun siguiéndolos, habrá ocasiones en las que volverás a caer en hábitos dolorosos e improductivos. Allí es donde debemos aprender a ser pacientes con nosotros mismos y con los demás. Nadie es perfecto, siempre tendremos conflictos, pero es hermoso poder resolverlos con inteligencia para tener relaciones interpersonales saludables.
Quisiera despedirme con el siguiente poema anónimo:
Las relaciones humanas
son una cosa curiosa:
con sus espinas te clava
la más dulce de las rosas.
Tránsito por este mundo
lleno de seres humanos
a veces somos hermanos
y otras veces me confundo.
Hemos creado un submundo
de relaciones dudosas;
las palabras mentirosas
hacen daño, aunque no quiera.
Es la palabra sincera
la más dulce de las rosas.
Honremos a los muertos en nuestras celebraciones por el Día de los Caídos, tratando bien a los vivos.
Recursos: