Sin lugar para el odio
Cuando actuamos movidos por el odio y sin el dominio propio que corresponde a quienes caminan con Dios, estamos sujetos a experimentar las consecuencias de nuestros actos. Mientras que el amor practicado trae paz, el odio causa discordias y separaciones, y nos envuelve con malhumor, inquietud y aislamiento. La Palabra de Dios nos dice:
El odio provoca peleas pero el amor cubre todas las ofensas. Proverbios 10:12 NTV
Hoy te invito a que confieses ante el Señor los malos pensamientos, rencores y deseos de venganza que haya en tu corazón. Pídele a Dios que te dé la fuerza necesaria para perdonar y olvidar las ofensas recibidas, y que allí donde hubo odio ponga Su amor.