Su santo Nombre
«Santificado sea tu nombre». El nombre de Dios ya es santo en sí mismo, pero en esta petición le pedimos a Dios que sea santificado también entre nosotros. Santificamos el nombre de Dios cuando vivimos conforme a su Palabra como hijos suyos. En Juan 17:17-19 Jesús oró por nosotros, diciendo:
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Tal como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
Y por ellos yo me santifico a mí mismo,
para que también ellos sean santificados en la verdad.
A través del sacrificio de Jesús somos libres para santificar el nombre de Dios y vivir de acuerdo con su Palabra, dándole así la gloria que Él se merece para que muchos más también crean en Él.