La avaricia
La avaricia es una trampa sutil que busca enredar nuestros corazones en la búsqueda desenfrenada de más. En un mundo que a menudo aplaude la acumulación, constantemente enfrentamos el desafío de resistir la llamada de la avaricia y abrazar la generosidad. En Lucas 12, Jesús nos dice las siguientes palabras de advertencia:
«Manténganse atentos y cuídense de toda avaricia, porque la vida del hombre no depende de los muchos bienes que posea» (Lucas 12:15b)
La verdadera riqueza no se mide por lo que poseemos, sino por la calidad de nuestra relación con Dios y con el prójimo. En lugar de buscar acumular más cosas, busquemos oportunidades para ser canales de bendición y generosidad en la vida de los demás. Porque, como dijo Jesús, “Más bienaventurado es dar que recibir.”