¿A quién debemos ayudar?
Nunca es fácil atravesar por un problema, una enfermedad o una limitación que se sale de nuestro alcance. Nuestro primer impulso es pedirle a Dios que nos quite la aflicción. Sin embargo, son los momentos difíciles los que nos hacen fuertes. Escuchemos el testimonio del apóstol Pablo:
«Sé vivir con limitaciones, y también sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener hambre, lo mismo para tener abundancia que para sufrir necesidad; ¡todo lo puedo en Cristo que me fortalece!» Filipenses 4:12-13
Aferrado a Cristo, toda tormenta de la vida te hará más fuerte para seguir adelante. Que la esperanza cierta que Dios nos da en su Palabra nos sostenga hasta el final.