Aprendiendo a evitar el drama y a conectarnos con quienes nos rodean.
Detalle de lo tratado
Introducción
Es bien conocido el refrán que dice que «hablando, la gente se entiende». Muchos de los conflictos y el dramas en nuestra vida se deben a la falta o a una mala comunicación. Una buena comunicación, entonces, es la clave para evitar el drama innecesario y conectarnos con los que nos rodean…
Los seres humanos somos seres sociales que hemos sido creados para interactuar con la sociedad a nuestro alrededor. De hecho, una de nuestras necesidades más fuertes es la necesidad de amar y ser amados. Los seres humanos necesitamos conectarnos con otros y tener relaciones saludables, pero no nos damos cuenta que esto requiere de invertir tiempo de calidad con las personas y comunicarnos bien.
Cuando conversamos efectivamente con las personas que nos rodean, compartimos nuestras vidas con ellos: nuestros sueños y temores, nuestras metas y desencantos. Cuando conversamos nos conectamos con los demás y expresamos nuestros gustos y disgustos.
Conversar, especialmente cuando algo nos molesta, ayuda a aclarar malos entendidos y nos ahorra un drama innecesario. ¡Hablando se entiende la gente! Una buena taza de café y dos personas dispuestas a conversar pueden lograr maravillas.
Algunos consejos para tener una comunicación saludable:
Una compañía especializada en la comunicación publicó algunos de los beneficios que trae una comunicación saludable:
El problema es que muchas veces nos conformamos con un «déjalo así» y nunca hablamos las cosas. Pero… «Hablando se entiende la gente».
La falta de una buena comunicación puede tener consecuencias desastrosas en cualquier tipo de relación. Ya sea con tu cónyuge, tu jefe, tu compañero de trabajo, tu hijo o nieto, la comunicación es esencial para lograr que nuestras relaciones sean fuertes.
La falta de una buena comunicación o dejar las cosas sin aclaración trae confusión, porque el mensaje se pierde. Al no entender el mensaje, comenzamos a hacer conjeturas y nuestra mente crea una realidad alterna y ficticia. ¡Y lo más triste es que se la cree! Nuestros sentimientos y reacciones se basan entonces en lo que nosotros creemos que es la realidad y no en la realidad en sí. Esto es muy peligroso y puede debilitar nuestras relaciones o hasta acabar con ellas.
La falta de comunicación también nos aísla. Podemos fácilmente caer en la trampa del individualismo. Dos cabezas piensan más que una. Somos seres relacionales y al no tener buena comunicación nos vamos a sentir inevitablemente frustrados y de mal humor por no tener conexión con quienes nos rodean.
Pero, ¿qué tal si a uno no le gusta mucho conversar? Hay personas que son tímidas o calladas y no son de mucho hablar. ¿Significa que tienen relaciones pobres o débiles? Claro que no. Lo que importa no son la cantidad de palabras, sino la calidad de la comunicación.
Otro refrán popular dice que «a buen entendedor, pocas palabras bastan». Hay personas que sencillamente van al grano y evitan el drama. Si a usted no le gusta mucho conversar, dígaselo a su pareja o a las personas cercanas a usted, y asegúrese que no esté cayendo en aislamiento.
Hoy en día hay muchas formas de comunicarnos para evitar el drama de los malos entendidos y conectarnos con quienes nos rodean. Hay mensajes de texto, emails, emojis, mensajes de voz, facetime o videollamadas, y hasta las tradicionales cartas. El punto es que hablando se entiende la gente y esto evita el drama y los malos entendidos y nos acerca a los demás.
La vida tendría mucho menos dramatismo si aprendiéramos que hablando nos entendemos. La comunicación es la clave para evitar el drama innecesario y conectarnos con quienes nos rodean.
PARA REFLEXIONAR
¿QUÉ NOS DICE LA BIBLIA?
La comunicación y conexión incluyen a Dios. Dios nos invita todos los días a hablar con él en oración y a escuchar su voz en la Biblia. El hacerlo nos ayuda a evitar el drama innecesario de los malos entendidos de la vida y a recibir y aprender de su infinita sabiduría.
Recursos: