• agosto 22, 2024
  • Cómo construir nuestra familia imperfecta

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  • Introducción

    En el programa de hoy y el de la semana que viene, seguiremos aprendiendo de las lecciones del libro «Construye la vida que quieres: el arte y la ciencia de ser más feliz» de Arthur C. Brooks y Oprah Winfrey.

    En episodios anteriores, conversamos sobre la felicidad y dijimos que no es algo innato, sino un proceso que desarrollamos a lo largo del tiempo con decisiones conscientes y autocontrol. Aprendimos que la felicidad no es la meta final, y que la infelicidad no es un enemigo que debemos evitar a toda costa.

    También hemos hablado sobre cómo todos tenemos la capacidad de tomar el control de nuestras emociones, reinterpretar nuestro pasado y construir un futuro más feliz mediante la aplicación de principios específicos. Y es que cuando enfrentamos situaciones que nos causan sufrimiento, es natural experimentar emociones negativas. Sin embargo, tenemos la capacidad de elegir cómo responder a esas emociones.

    Y aunque no siempre podemos cambiar nuestras circunstancias externas, aprendimos también que sí podemos cambiar nuestra manera de reaccionar ante ellas. Por lo tanto, podemos reinterpretar nuestro pasado desde una perspectiva más positiva y constructiva para construir un futuro más feliz y satisfactorio.

    En el episodio de hoy vamos a hablar sobre cómo construir nuestra familia, aceptando lo imperfecto y valorando los defectos como elementos que hacen que las relaciones sean especiales. También vamos a reflexionar acerca de la importancia de la comunicación efectiva en la familia y de cultivar el perdón y la empatía, así como la priorización del tiempo de calidad en familia.

    Las «familias felices» que vemos en los programas de televisión, solo existen en la imaginación de quienes crean esos programas. Las familias de la vida real pasan por crisis, tensiones y conflictos, lo que hace que la vida familiar pueda llegar a ser caótica.

    Hoy, hablaremos de cinco desafíos comunes que complican la vida familiar, recordando que estos desafíos son en realidad oportunidades para aprender y crecer en esta área única y poderosa del amor.

    Primer desafío – LOS CONFLICTOS

    Los conflictos son parte de lo que cuesta la vida en familia, y suelen aparecer cuando esperamos cosas diferentes de nuestras relaciones familiares. Por lo general, los conflictos surgen a causa de expectativas no cumplidas, lo que causa tensiones entre los miembros de la familia.

    Sin embargo, el que la familia no sea feliz por causa de un conflicto es una señal de que hay amor. De lo contrario, a nadie le importaría que hubiera un conflicto. Entonces, si el conflicto es el precio del amor, el objetivo no es hacerlo desaparecer sino abrazar las imperfecciones y transformarlo en oportunidades de crecimiento y amor, reemplazándolo con emociones positivas. Y esto lo logramos:

    1.Dejando de asumir que sabemos cómo piensa el otro, y fomentando la comunicación abierta y regular.

    2.Aceptando las elecciones de vida de los demás, sin que esto afecte nuestros valores personales.

    3.Dejar de ver a la familia como un cajero automático emocional, siempre prontos a dar consejos.

    Segundo desafío – INSUFICIENTE COMPLEMENTARIEDAD

    El segundo desafío que enfrentamos es cuando las parejas no se complementan lo suficiente. A veces pensamos que, para evitar problemas en nuestra relación de pareja, necesitamos ser completamente iguales. Sin embargo, las parejas más felices no son las que más se parecen, sino las que mejor se complementan. Por ejemplo: un extrovertido y un introvertido.

    Una pareja que ha estado junta durante mucho tiempo y a la que le cuesta mantenerse unidos puede pensar que simplemente no son lo suficientemente compatibles. Y esto a veces es cierto, ya que toda pareja necesita tener ciertas cosas en común. Pero lo más probable es que el problema real sea que no han tratado o logrado transformar sus diferencias en la complementariedad que una relación saludable necesita. Y esto logramos:

    1. Encontrando y abrazando las diferencias en personalidad y gustos.
    2. Enfocándonos más en lo que realmente importa. Para ello, podemos hacer juntos una lista con las 10 cosas que los dos creemos son las más importantes, y enfocarnos en ellas.

    Tercer desafío – EL VIRUS DE LA NEGATIVIDAD

    El tercer desafío, es «el virus de la negatividad». Cuando el ambiente familiar es constantemente negativo, se hace casi imposible resolver problemas, por lo que no hay ni crecimiento ni aprendizaje. Evitar contagiarse con esas emociones negativas es difícil, pero importante.

    Muchos evitan las emociones negativas alejándose. Pero cuando el amor es mayor que el problema y uno decide enfrentarlo, hay ciertos pasos que podemos dar para ayudar sin contagiarnos. Ellos son:

    1. Cuidar primero de nosotros mismos, haciendo lo necesario para sentirnos bien.
    2. No tomar la negatividad como algo personal. Recordarnos una y otra vez que lo que está pasando no es nuestra culpa, por lo que no asumiremos ninguna responsabilidad.
    3. Sorprender a la familia con momentos positivos, invitándolos a hacer actividades que ellos disfrutan.
    4. Finalmente, comunicarnos activamente con los seres queridos para prevenir que la negatividad se propague.

    Cuarto desafío – PERDONAR

    A veces nos quedamos atrapados emocionalmente debido a problemas no resueltos en la familia, aferrándonos a la ira y el resentimiento, incapaces de perdonar.

    Los expertos han identificado cuatro estrategias que sirven para sanar una relación luego de un conflicto. Ellas son:

    1. Hablar sobre el problema. Por ejemplo: decir algo así como “Hablemos de lo ocurrido así sanamos las heridas”.
    2. Perdonar explícitamente, recordando que al resolver un conflicto no estamos haciendo una obra de caridad, sino que nos estamos beneficiando a nosotros mismos.
    3. Perdonar de manera no verbal, como por ejemplo mostrando afecto luego de un conflicto.
    4. Minimizar el conflicto, que involucra clasificar la transgresión como poco importante y elegir descartarla.

    La efectividad de estas estrategias depende de cuán grave haya sido la situación. Y los atajos no funcionan, como perdonar con condiciones o fingir perdonar, ya que pueden mantener abiertas las heridas y hacer que la familia siga siendo infeliz.

    Quinto desafío – LA DESHONESTIDAD

    A veces tenemos buenas razones para no decir lo que pensamos u ocultar la verdad, ya que cuando la verdad es difícil de aceptar, el decirla puede costar la armonía en la familia. Sin embargo, la honestidad vale la pena sus consecuencias, ya que quienes por evitar un conflicto evitan decir lo que realmente creen o sienten, se privan de una mayor intimidad y comprensión.

    El punto de la honestidad es tener suficiente amor por el otro para ser quien uno es con total transparencia, aun si es difícil para ambos. Para lograrlo, podemos:

    1. Pedir y aceptar la honestidad de los demás, comprometiéndonos a ser honestos con nosotros mismos.
    2. Decir la verdad para sanar; nunca para lastimar. En vez de usar nuestra opinión como arma, usarla como un regalo.
    3. Buscar las virtudes del otro y no sus defectos.
    4. Cuando sea necesario decir algo no muy positivo, hacerlo de tal forma que sea recibido como una oportunidad para crecer.

    Podemos comenzar poco a poco con la honestidad en la familia, preguntando a cada miembro qué necesitan para entenderse mejor, y luego ir expandiendo esta práctica gradualmente a amigos y otras personas.

    En nuestra vida familiar todos enfrentamos desafíos como conflictos, falta de compatibilidad, mantener una actitud positiva, perdonar y ser honestos. Estas son algunas lecciones que hemos aprendido para superar los desafíos y crecer juntos:

    1. No evitemos los conflictos en la familia ya que, bien manejados, son oportunidades para aprender y crecer.
    2. Más que ser compatibles, los miembros de una pareja necesitan complementarse mutuamente.
    3. La cultura de la familia puede enfermarse con el virus de la negatividad.
    4. Perdonar es como un superpoder en nuestras familias, ya que la mayoría de los conflictos se deben a resentimientos no resueltos.
    5. La honestidad es crucial para perdonar y resolver los conflictos. Esconder la verdad no nos permite acercarnos como familia.

    Cuando compartimos honestamente con alguien nuestros pensamientos y sentimientos, cuando decimos en amor lo que apreciamos y lo que nos gustaría que cambiara y nos esforzamos por comprender al otro, podemos fortalecer o mejorar una relación herida.

    Ese “amor” no es algo que nace naturalmente sino que viene a través de Dios, quien nos ayuda a amar incluso en medio de los desafíos. En el libro de Proverbios 17:9, leemos: “El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos.”

    Podemos confiar en que Dios nos dará el amor y el coraje necesarios para hablar durante los conflictos, desacuerdos y problemas de la vida. Dios nos ama y quiere ayudarnos a vivir con paz.

    Te invitamos a descargar gratis el folleto “Cómo resolver los conflictos” en la sección RECURSOS de esta página web.

    Conclusión

    Reconocemos que las familias perfectas no son más que un ideal inalcanzable, pero ahora sabemos que, si los enfrentamos con sabiduría, los desafíos pueden ser una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.

    Entonces, abracemos nuestras diferencias construyendo relaciones duraderas. Cuidemos la cultura emocional de nuestras familias comunicándonos honestamente, prioricemos la felicidad y perdonemos con amor.


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