Hoy seguimos conversando sobre cómo encontrar la felicidad en nuestras vidas. Según Oprah Winfrey y Arthur C. Brooks en su libro ‘Construye la vida que quieres: el arte y la ciencia de ser más feliz’, hay cuatro pilares importantes: la familia, la amistad, el trabajo y la fe.
Éstas son algunas de sus ideas clave que hemos tratado en programas anteriores:
1. La felicidad implica sentirse satisfecho, disfrutar y tener un propósito en la vida. No significa evitar por completo la tristeza, sino aceptarla como parte de la vida.
2. Tomarnos un momento para reflexionar sobre nuestros sentimientos nos da la oportunidad de elegir cómo actuar.
3. Podemos elegir sentimientos positivos.
4. Pensar menos en nuestras propias necesidades nos hace más felices.
5. Ninguna familia es perfecta, pero podemos mejorar nuestras relaciones siendo honestos con nosotros mismos y con los demás, aprendiendo a perdonar y pasando tiempo de calidad juntos.
6. Debemos invertir tiempo y energía en construir amistades verdaderas.
7. Aunque no todos pueden elegir el trabajo ideal, podemos encontrar satisfacción en nuestro trabajo buscando recompensas más allá del dinero y el poder, como el éxito personal y el servicio a los demás.
8. Abrazar la fe. De esto queremos conversar el día de hoy.
Pensemos un momento en el impacto de las prácticas religiosas y espirituales en nuestras vidas, ¡y en nuestro cerebro! Las investigaciones nos dicen que estas prácticas no son cosas imaginarias, sino que realmente tienen un efecto real en cómo nos sentimos y pensamos.
Por ejemplo, las personas que participan en actividades religiosas y espirituales suelen reportar sentirse con más propósito y significado en sus vidas. Además, la investigación muestra que las prácticas religiosas y espirituales pueden ayudar a reducir la sensación de soledad, lo cual es algo muy importante para nuestra salud mental y bienestar, así como también reducir la recurrencia de la depresión y la ansiedad.
Lo más sorprendente es que hay estudios que sugieren que las experiencias espirituales pueden cambiar cómo funciona nuestro cerebro. Por ejemplo, se ha encontrado que cuando las personas tienen momentos de conexión espiritual, como sentir la presencia de lo divino, hay cambios en la actividad de su cerebro. ¡Es realmente asombroso!
Así que, la ciencia nos dice que explorar estas prácticas puede traer muchos beneficios, por lo que parece que vale la pena explorar estas dimensiones de nuestras vidas. Entonces hoy te invitamos a considerar la posibilidad de explorar lo espiritual como una fuente de alegría y entendimiento más allá de lo material.
Desarrollar nuestra vida espiritual requiere esfuerzo y compromiso, ya que nos enfrentamos a varios desafíos, como por ejemplo:
Desafío 1 – ¿MENTE DE MONO?
Es interesante reflexionar en nuestra mente y cómo a veces nos perdemos en el pasado o en el futuro y olvidamos vivir el momento presente.
¿Alguna vez te has dado cuenta de cuánto tiempo pasas pensando en lo que sucedió la semana pasada o planeando lo que harás el fin de semana que viene? Es como si nuestra mente fuera como un mono saltando de un pensamiento a otro. Y eso nos impide disfrutar plenamente de lo que está sucediendo aquí y ahora.
La atención plena, o mindfulness, es una herramienta poderosa que nos ayuda a estar más presentes en nuestra vida diaria. Cuando practicamos la atención plena, cerramos los ojos y nos enfocamos en el momento presente. Es como detener el tiempo por un instante y experimentar lo que está sucediendo a nuestro alrededor.
Pero la atención plena no es algo fácil de lograr. Nuestra mente está acostumbrada a divagar y pensar en el futuro. Es como si estuviéramos programados para preocuparnos por lo que está por venir, en lugar de disfrutar del momento presente.
Sin embargo, y aunque puede ser difícil al principio, la atención plena tiene muchos beneficios. Se ha demostrado que reduce la depresión, la ansiedad y hasta el dolor de espalda, y nos ayuda a estar más conectados con nosotros mismos y con los demás.
Así que la próxima vez que nos sintamos distraídos o abrumados, tomémonos un momento para practicar la atención plena. Cerremos los ojos, respiremos profundamente y sintamos el momento presente a nuestro alrededor, recordando que la vida está sucediendo aquí y ahora. Aprovechemos cada momento y vivamos plenamente.
Desafío 2 – LO IMPORTANTE ES EMPEZAR
¿Alguna vez te has sentido atrapado, como si estuvieras dando vueltas en círculos y no avanzas en la vida? Bueno, déjame decirte que todos hemos estado ahí en algún momento. A veces, el primer paso es el más difícil de dar. Pero ¡también es el más importante!
Empezar no significa que tengamos que hacer grandes cambios de la noche a la mañana. No, todo lo contrario. A veces, empezar puede ser tan simple como dar un pequeño paso adelante, como salir a caminar por la mañana o leer un libro nuevo. Recordemos que el progreso no es una carrera, sino un viaje, por lo que cada paso que damos, por más pequeño que sea, nos acerca un poco más a nuestras metas y sueños.
Así que hoy nos desafiamos, preguntándonos: ¿Qué hemos estado posponiendo? ¿Qué sueños hemos estado guardando en nuestro corazón? Es hora de dejar de postergar y empezar a hacer realidad esos sueños.
El primer paso puede ser el más difícil, pero también es el más valiente. Así que levantémonos, sacudamos el polvo y comencemos a escribir nuestra historia.
Desafío 3 – EL ENFOQUE CORRECTO
¿Alguna vez te has preguntado qué significa realmente sumergirse en lo trascendental o espiritual? ¿Qué efecto puede tener en nuestras vidas y en las de los que nos rodean?
Como seres humanos, a veces nos perdemos en la vorágine de la vida cotidiana. Nos encontramos constantemente en una carrera, pensando en el pasado o preocupándonos por el futuro, y nos olvidamos de estar verdaderamente presentes en el momento. Pero, ¿qué pasaría si pudiéramos cambiar eso? Como acabamos de ver, el primer paso en nuestra jornada espiritual es simplemente comenzar.
Una vez que hemos comenzado, es importante mantener las cosas simples. No necesitamos complicar nuestro camino con expectativas poco realistas o metas inalcanzables. Empecemos con pequeñas acciones, con gestos de bondad y con una mente abierta a nuevas experiencias, recordando que el camino espiritual no es solo para nuestro beneficio personal, sino también para el de quienes nos rodean.
Al practicar la compasión y el amor hacia los demás, encontramos un propósito más grande que nos impulsa hacia adelante. Se trata de contribuir al bienestar colectivo, de compartir amor y compasión con el mundo que nos rodea. Al hacerlo, encontramos nuestra verdadera felicidad y realización.
En nuestra búsqueda de una vida espiritual plena, tenemos dos caminos: uno guiado por nosotros mismos, con nuestras limitaciones humanas y nuestro egoísmo, y otro guiado por el Espíritu Santo de Dios, en cuya Palabra leemos: “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23).
Entonces, por un lado tenemos la vida centrada en nosotros mismos que nos lleva a una cosecha contenciosa y llena de discordia. Algo así como sembrar espinas en lugar de uvas. Y por el otro lado tenemos un hermoso racimo de uvas, cada una representando un fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Este racimo refleja armonía y plenitud. Abracemos el camino del Espíritu, para cada día ser transformados por sus frutos y vivir reflejando el amor divino en un mundo que necesita luz y esperanza.
Te invitamos a descargar gratis el folleto “Descubriendo quién eres” en la sección RECURSOS de esta página web.
Nuestra búsqueda de la felicidad y la plenitud espiritual nos lleva a reconocer la importancia de la familia, la amistad, el trabajo y la fe en nuestras vidas. Las prácticas religiosas y espirituales no solo impactan nuestra salud mental y bienestar, sino que también moldean nuestra percepción del mundo y nuestra conexión con lo divino. Nos invitan a explorar estas dimensiones como fuentes de alegría y comprensión más allá de lo material.
Para incorporar la espiritualidad en nuestra vida diaria, enfrentamos tres desafíos: practicar la atención plena para estar presentes en el momento, dar el primer paso hacia la realización de nuestros sueños y mantener un enfoque correcto en nuestras prácticas espirituales.
Es hora de actuar. Es hora de abrazar el camino del Espíritu Santo, cultivando amor, gozo, paz y bondad en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea. Que cada paso que demos nos acerque más a la plenitud espiritual que anhelamos. ¡Adelante, el camino espera!
Recursos: