Detalle de lo tratado:
Introducción
La mediocridad
La mentalidad de escasez
Introducción
Seguimos con el tema de las diferentes actitudes frente a las situaciones que se nos presentan en la vida. Como ya dijimos, muchas veces estas son el resultado de la influencia de las personas que nos formaron y de su filosofía de vida. Sin embargo, eso no nos libera de la responsabilidad de tomar decisiones informadas respecto al patrón de vida que llevamos.
Debes saber que tus actitudes pueden sabotear tu vida y tu destino por el efecto y el impacto que tienen en tus relaciones personales. Los pensamientos, las emociones y las actitudes dirigen nuestro comportamiento. ¡De seguro, todos son controlables! Por eso es muy importante que tengas un plan de acción para poder vivir en plenitud la vida que Dios te ha dado. Tú decides la calidad de tu vida.
Descripción
La actitud mediocre se ha convertido casi en una norma en nuestra sociedad. Parecemos estar satisfechos con pequeños resultados, a veces menores de lo normal. El ser mediocre es una actitud que elegimos. No es bueno que nos conformemos con lo mínimo aceptable, eligiendo la comodidad de lo conocido y sabido en vez de correr los riesgos de conocer, descubrir o intentar algo nuevo.
Su impacto
Esa actitud de mantenernos dentro de lo que conocemos y con lo cual estamos conformes puede llevarnos a sufrir apatía e incluso depresión, ya que estamos ocultando o no dando expresión a los talentos y capacidades que tenemos.
Todos queremos recibir servicios de calidad, ya en de las instituciones de salud o en los restaurantes. Por lo tanto, nosotros también debemos estar dispuestos a brindar calidad y excelencia en lo que hacemos.
Plan de acción
Aristóteles dijo: «Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito«.
Einstein dijo: «Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres.»
Algunas señales a observar en tus hijos o en las personas que diriges:
Descripción
Las personas con «mentalidad de escasez» ven la vida como si sólo hubiera un trozo de pastel. Si a alguien le toca un trozo grande, necesariamente al otro le tocará uno más pequeño.»
Esto contrasta con «la mentalidad de abundancia», en la cual las personas creen que hay pastel suficiente como para compartirlo con los demás. Vivir con la mentalidad de abundancia significa que, en lugar de ver la vida como una competición con un solo ganador, la vemos como un espacio repleto de oportunidades, recursos y riquezas.
Las personas con mentalidad de escasez son resultado de una identidad basada en la comparación y se sienten amenazadas por el éxito de los demás. Aunque finjan y digan otra cosa, el éxito ajeno las consume.
Los poseedores de una mentalidad de abundancia no se comparan con los demás, sino que sienten verdadera alegría por sus éxitos y aprenden de sus competidores.
Su impacto
Las personas con mentalidad de escasez se sienten inseguras y «ven a todos como competidores en un mercado escaso de compradores». No comparten ideas ni proyectos por si acaso, no vaya a ser que copien sus ideas y le ganen la partida. Cuando un padre con mentalidad de escasez elogia a uno de sus hijos, tratará de minimizarlo como si no hubiera suficientes elogios para todos.
La mentalidad de escasez acaba con los planes e ideas creativas. Algunos escritores renuncian a su sueño de escribir sobre un tema porque alguien ya lo hizo, sin pensar que siempre va a haber una audiencia.
Esta actitud tiene sus raíces en el miedo y la desconfianza ante el poder de Dios para suplir para nuestras necesidades. Está basada en que «si alguien ya tiene algo, yo ya no puedo tenerlo».
Plan de acción
Tus actitudes pueden sabotear tu vida y tu destino por el efecto y el impacto que tienen en tus relaciones personales. Pero tú puedes controlarlas y cambiarlas.