Detalle de lo tratado
Introducción
El arte de disfrutar la vida
¿Qué podemos hacer?
Conclusión
Introducción
Recuerdo cuando mis hijos estaban pequeños e íbamos a la playa. Ellos crecieron cerca de la playa así que les gustaba mucho. Yo les decía que había dos formas de enfrentar el mar: hundiéndose cuando venían las olas para que pasaran por arriba de nosotros o montando las olas, disfrutando de ellas mientras nos arrastraban, recordándonos lo poderoso que es el mar y su Creador. Tengo siete hijos, así que unos preferían hundirse y otros montar las olas.
Me encanta que hablemos del mar en este frío febrero y justo tan cerca del día del amor. A través de los años he entendido que la vida misma es como el mar: llena de olas, grandes y chicas, que traen cambios. Cada vez que nos llega una ola tenemos dos opciones: podemos hundirnos en el agua debajo de ella para evitarla, o podemos montarla y divertirnos con ella, mientras disfrutamos de estar vivos.
El arte de disfrutar la vida
La realidad es que estamos vivos. Nuestro corazón late, y para eso se necesitan corrientes eléctricas que hacen que las líneas en un electrocardiograma se vean como una montaña rusa… o como las olas del mar. Si la línea de nuestro corazón está recta, significa que ya no tenemos vida. Pero muchas veces así queremos que sea nuestra vida: sin olas, sin cambios, sin retos, flat.
El arte de disfrutar la vida requiere que aceptemos que en la vida hay olas, cambios y retos que pueden hundirnos o darle más sabor. En la actualidad hay miles de millones de personas tan sumergidas en sus trabajos, en sus celulares, en las preocupaciones del día a día, que se pierden lo maravillosa que es la vida a su alrededor.
De acuerdo con estudios realizados, se ha descubierto que las personas que no experimentan placer no se involucran en una variedad de actividades que otras personas normalmente realizan, simplemente porque no las encuentran gratificantes.
¿Qué podemos hacer?
A continuación compartimos algunas ideas que pueden ayudarte a disfrutar y saborear la vida, montando sus olas en vez de hundirte con ellas.
* Comparte tiempo, alegrías y tristezas con tus amigos y seres queridos.
* Felicítate a ti mismo cuando logras algo que te habías propuesto y celébralo.
* Enfócate en los aspectos positivos de tu vida.
* Déjate sumergir por completo en los ritmos de la vida.
* Sé agradecido.
* Cada día, haz una lista de las personas y cosas por las cuales dar gracias.
Conclusión
Hace 2,000 años Pablo, apóstol de Jesucristo, daba a conocer el mensaje de Dios para los hombres escribiendo cartas en papiros o en pieles de oveja y viajando grandes distancias para poder hablar en persona con los nuevos creyentes.
Hoy, gracias al Señor tenemos 21,000 seguidores de Sentido Latino en Facebook con quienes nos podemos comunicar y compartir cómo disfrutar esta preciosa vida que el Señor nos ha dado.
Los medios de comunicación han cambiado, las circunstancias y situaciones en que vivimos han cambiado y seguirán cambiando, pero el mensaje de Dios sigue siendo el mismo: Jesucristo vino al mundo para buscar y salvar lo que se había perdido y para que tengamos una vida plena.
Cuando Jesucristo es nuestro Salvador, tanto en esta vida como en la venidera, nuestra vida es diferente: estamos vivos, nuestro corazón late, como lo demuestran las corrientes eléctricas que hacen que un electrocardiograma se vea como una montaña rusa o como las olas del mar.
Pero mucho más aún: seguiremos estando vivos por la eternidad y eso es motivo de alegría y agradecimiento. Por lo tanto, disfruta de la vida que el Señor te ha dado. No te quedes lamentando las cosas tristes o malas que te pasan. El Señor está contigo, ayudándote a seguir adelante. Y cuando te toque partir de esta vida, recuerda que el Señor te está esperando para una vida mucho mejor aún. Por lo tanto, confía en Él. Él nunca te va a defraudar.