Detalle de lo tratado
Introducción
Mujeres al pie del cañón
Significado de la Resurrección
Conclusión
INTRODUCCIÓN
Hoy no es el día mundial de la mujer ni nada parecido, pero estuve leyendo un artículo de las Naciones Unidas que me hizo pensar mucho y quise tocar el tema con ustedes, especialmente porque tengo 5 hijas, 6 nietas, una esposa, una hermana y muchas damas y jovencitas a quienes aprecio mucho.
El artículo dice que la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo un problema mundial y más durante los bloqueos de COVID-19, porque muchas mujeres y niñas han sido aisladas en entornos inseguros donde están en mayor riesgo de experimentar violencia en el hogar.
Así que en estos tiempos de Pascua, cuando celebramos la resurrección de Jesús, hago un llamado a todos los hombres, esposos, padres, hijos, madres, hermanas, hijas, etc para que hagan esfuerzos para resucitar el empoderamiento y honra de las mujeres y niñas.
MUJERES AL PIE DEL CAÑÓN
El domingo que acaba de pasar celebramos la Pascua, el día de Resurrección de nuestro Señor Jesús, en el cual las mujeres jugaron un papel extraordinario en la cadena de eventos, estando al pie del cañón, listas para servir a Dios.
En la mañana del día de Resurrección, vemos a cuatro mujeres allegadas a Jesús que están decididas a llegar a su tumba apenas salga el sol. Esas mujeres son María, la madre de Jacobo y José; María Magdalena, a quien Jesús había liberado de siete demonios; Juana, la esposa de un asistente de Herodes; y Salomé, la esposa de Zebedeo, madre de Santiago y Juan. Sigámoslas a ellas en el camino doloroso que las lleva a la tumba de Jesús.
La Biblia no nos dice de qué hablaban en el camino, pero me imagino que estarían hablando de Jesús. Salomé, por ejemplo, debe haber recordado con cuánto entusiasmo sus hijos le habían contado cómo, después de un largo día en que no habían pescado nada, Jesús les había llenado las redes con peces. O cómo había expulsado a un demonio, sanado a un paralítico y devuelto la vida a la hija de Jairo. María Magdalena quizás recordaría cómo Jesús la salvó y la liberó de los siete demonios que la habían poseído. Juana seguramente se había enterado por su esposo que Jesús había cumplido lo que ya Dios había dicho muchos siglos antes a través del profeta Isaías (53:7), de que habría de ser llevado como oveja al matadero, negándose a defenderse a sí mismo.
Ellas habían estado al pie de la cruz como una guardia de honor. No importaba que aquéllos a quienes Jesús había curado, o dado de comer, o levantado de la muerte, e incluso la mayoría de sus discípulos, no estuvieran allí; ellas sí iban a estar, e iban a acompañar a la madre de Jesús. Ellas iban a estar allí para escuchar lo que Él dijera. Otros pasarían por allí sólo para burlarse y mortificarlo, pero ellas estarían firmes.
Al estar vigilantes, las mujeres seguramente se dieron cuenta del momento en que Jesús murió. Algunas se quedaron para ver qué iba a pasar con el cuerpo de Jesús. Estuvieron allí cuando lo bajaron de la cruz y cuando lo sepultaron, y así se dieron cuenta que el cuerpo no fue completamente preparado para su sepultura.
Llevando las hierbas aromáticas necesarias para terminar la sepultura de Jesús, las mujeres caminaban al amanecer del domingo de resurrección y encontraron la tumba abierta. Es por ello que, temiendo lo peor, se armaron de coraje y, con mucho respeto y solemnidad, lenta y silenciosamente entraron en la tumba de Jesús. El Evangelio de Marcos dice lo que sucedió después: «… vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado a la derecha, y se asustaron. -No se asusten -les dijo-. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado!»
SIGNIFICADO DE LA RESURRECCIÓN
¡Cristo ha resucitado! Para las mujeres significó que su Amigo, su Maestro y su Señor, estaba con ellas nuevamente. Para nosotros también. La resurrección de Jesús significa que, aunque en estos mismos momentos muchos estén preocupados o asustados durante tiempos de pandemia porque no saben qué les espera mañana en el trabajo, en la familia, en la salud o en los estudios, y el futuro puede parecer oscuro y deprimente, si el Cristo resucitado es su Salvador, quiero que sepa que no está solo ni para vivir el día de hoy, ni para enfrentar el mañana desconocido e incierto. Jesús el Resucitado está contigo y también te empodera para levantar tu voz en favor de los que sufren.
Su resurrección también significa que cuando las personas que amamos han muerto; cuando sus cerebros dejaron de pensar y sus cuerpos dejaron de funcionar, el Cristo resucitado vino a buscar sus almas para llevárselas con él y porque Cristo vive, ese ser querido también vive.
Significa que si te sientes culpable por los errores que has cometido y por las cosas que deberías haber hecho y no hiciste o si te cuesta dormir porque no tienes la conciencia tranquila, el Cristo resucitado, el mismo Cristo que perdonó a la mujer encontrada en adulterio, al discípulo que lo traicionó, y a los discípulos que lo abandonaron, también quiere perdonarte a ti.
CONCLUSIÓN
Porque Cristo ha resucitado, todos los que creen en él pueden mirar de frente al pecado, la muerte, el diablo y los desastres de la vida, como la pandemia o la violencia contra la mujer y decir: «sopla tan fuerte como quieras, vida; podrás sacarme de donde estoy ahora, pero todavía tengo a Jesucristo».
Así que, en nombre del Resucitado te digo: ánimo, tú vales mucho porque Cristo dio su vida por ti. Levanta la cabeza y levanta tu voz. Tienes mucho valor.