• enero 12, 2023
  • Eres más que tu oficio

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  • Introducción

    Cuando se nos pide que contemos algo acerca de nosotros mismos para presentarnos en un grupo de personas, ¿qué es lo primero que usualmente decimos? Decimos cuál es nuestra profesión o de qué trabajamos. Y es que hoy en día es común que nuestro oficio o profesión nos defina. Sin embargo, somos mucho más que eso.

    Tú y yo somos más que el oficio o la profesión que ejercemos. Cumplimos papeles especiales y ejercemos influencia dentro de nuestra familia, en el círculo en que nos movemos, en nuestra comunidad, en nuestro país y hasta en el mundo.

    Hoy queremos conversar acerca de la influencia que somos para quienes nos rodean, mientras cumplimos cada uno de los papeles que tenemos en la vida.

    Cómo influenciar para bien

    Ya sea que tengas hijos o no, que tengas una posición de mando o liderazgo en tu trabajo o no, todos, absolutamente todos ejercemos influencia sobre alguien en nuestra vida. La pregunta es, ¿qué tipo de influencia estamos ejerciendo?

    Me gustó mucho un artículo que leí por Lois Melkonian, una mentora profesional certificada quien también escribe y dirige talleres sobre la conexión entre fortalezas/valores y bienestar, cambios estratégicos, identidad y propósito y significado. Ella comparte en su artículo una guía para ser mejores influyentes, para cambiar significativamente la forma en que nos relacionamos con nuestros colegas, subordinados, superiores o cualquier persona en nuestra vida.

    Aquí van algunos de sus consejos:

    1. Escuchar sin interrupción. Cuando escuchamos a alguien debemos estar presentes, prestar atención a lo que están diciendo y no a lo que queremos responder. De hecho, podemos repetir la última frase, o parte de la oración que dijo la otra persona. Esto nos ayuda a establecer una conexión, porque la otra persona se siente escuchada.

    2. Actuar con integridad. Cuando actuamos con integridad, estamos alineados con todo nuestro ser y somos coherentes. Una persona con integridad es una persona completa. Actuar con integridad significa que somos las mismas personas dondequiera que estemos: en el trabajo, en casa, en la línea de pago. Las personas íntegras son las que reconocen que todo lo que hacen tiene un impacto en los que las rodean. La integridad también implica coherencia entre nuestros valores, acciones y palabras, independientemente del contexto.

    3. Hacer lo que decimos que vamos a hacer. Si nuestro objetivo es conseguir que quienes nos rodean cuenten con nosotros, debemos cumplir nuestras promesas. Al hacerlo, nos convertimos en una presencia confiable.

    4. Darle voz a los demás. Por mucho que queramos compartir nuestras ideas, podemos hacer una pausa y pedirle a otra persona que presente o comparta una sugerencia. Asegurarse de que nuestros seres queridos sean escuchados y comprendidos les da la libertad de decir lo que quieren decir. Podemos empoderar a los demás ofreciéndoles esta oportunidad, y se sentirán incluidos.

    5. Cuidarnos. Para poder ser de influencia en nuestro entorno, es necesario que estemos bien. Esto implica nuestro bienestar físico, emocional y espiritual. Cuando se satisfacen nuestras necesidades, es mucho más probable que seamos conscientes de las necesidades de quienes nos rodean.

    6. Interactuar con los demás. Si queremos influir positivamente en la vida de nuestros hijos, pareja, compañeros de trabajo o amigos, debemos relacionarnos con ellos de una manera auténtica y significativa. Debemos conocer sus nombres y tendencias, abordando los obstáculos juntos y celebrando las victorias juntos. Debemos ser lo suficientemente transparentes como para que los que nos rodean sientan que también te conocen.

    Advertencia: La influencia es algo muy poderoso. Si la usamos para mal, se convierte en manipulación y no estamos hablando de eso el día de hoy. El tipo de influencia que queremos ejercer es la que mejora la vida de las personas a nuestro alrededor. No con manipulación malvada o trucos inteligentes, sino entendiendo nuestra personalidad, reconociendo que somos muchísimo más que nuestras profesiones o trabajos y adoptando algunos comportamientos inteligentes para conectarnos con las personas mejor que nunca.

    La influencia de José en la vida de su familia

    Todos podemos nombrar a personas fieles que nos precedieron en el camino de la vida cuidándonos y guiándonos, ejerciendo influencia sobre nosotros.

    Un ejemplo es José, el esposo de María y padre adoptivo de Jesús, a quien Dios le habló en sueños diciéndole que volviera a su tierra natal, luego de haber tenido que huir a Egipto para poner a salvo al Niño Jesús. Y así lo hizo. Al regresar a Nazaret no sólo volvió a establecer su negocio de carpintería, sino que también se encargó de seguir alimentando espiritualmente a su familia.

    Una de las costumbres de la época era hacer un peregrinaje anual a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Cuando estaban regresando a Nazaret de uno de esos peregrinajes, José y María no podían encontrar a Jesús, que en ese entonces tenía doce años. Cuando tres días después lo encontraron en el templo de Jerusalén, escuchando y haciendo preguntas a los doctores de la ley, María lo regañó por no haber ido con ellos y por haberles causado tanta preocupación.

    Pero Jesús le respondió: «¿Y por qué me buscaban? ¿Acaso no sabían que es necesario que me ocupe de los negocios de mi Padre?»

    Su respuesta suena a la de un típico adolescente rebelde, pero en realidad no lo era. Lo que sucede es que, debido a la ansiedad y el miedo que había sentido hasta encontrarlo, María (y probablemente también José), había olvidado de quién era realmente hijo Jesús.

    Es por lo que él los vuelve a la realidad de su identidad y su propósito en el mundo, diciéndoles que no había venido para ser solo carpintero, sino para salvar al mundo. De la misma forma, le hace ver a José que su propósito en el mundo tampoco era ser sólo ser carpintero, sino también el padre adoptivo del Hijo de Dios… quien había venido a salvar al mundo.

    Conclusión

    Es común que nuestro oficio o profesión nos defina. Sin embargo, Dios nos ha llamado a mucho más que eso. A veces necesitamos un recordatorio de nuestra identidad y propósito en la vida.

    Piensa con nosotros un momento:

    * ¿De qué manera eres más que el oficio o la profesión que ejerces?

    * ¿Qué papel especial cumples en

    – tu familia,
    – en el circulo en que te mueves,
    – en tu comunidad,
    – en tu país,
    – en el mundo?

    Nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras palabras. Y así como José dejó un poderoso legado espiritual a Jesús y al resto de su familia, Jesús también dejo un poderoso legado a sus discípulos y a través de ellos a nosotros.

    Anota las siguientes preguntas para trabajar sobre ellas más tarde:

    1. ¿Quiénes han marcado tu vida con el legado espiritual que te han dejado?

    2. ¿A quién quieres dejar un legado espiritual?

    3. ¿Qué puedes comenzar a hacer hoy para que así sea?

    Pídele a Dios que te ayude a aprovechar cada momento para crecer más en la fe y para guiar y apoyar a muchos en el camino de la vida.


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