Detalle de lo tratado
Introducción
Acabamos de celebrar el Día de reyes o la Epifanía. La palabra «Epifanía» viene de la palabra griega que significa «manifestación» o «ser hecho conocido.» En otras palabras, Jesús fue «hecho conocido» para todo el mundo simplemente por haber nacido. Durante esta época, recordamos la visita de los reyes magos, quienes le entregaron a Jesús lo mejor de ellos como regalo y adoración. Tradicionalmente, esta visita es celebrada el 6 de enero.
Quizá no tengamos oro, incienso o mirra, pero en esta semana de la Epifanía podemos ofrecer y entregar lo mejor de nosotros, ayudando intencionalmente a alguna persona que sufra de depresión.
En el programa pasado comentamos que la depresión es un diagnóstico médico que afecta las emociones, relaciones, vocaciones y hasta el espíritu de la persona. Sin embargo, muchas personas que sufren de depresión han dominado el arte de ponerse una máscara y esconder su condición, en vez de pedir ayuda. Tú y yo podemos jugar un papel imprescindible en la vida de ellos al dar lo mejor de nosotros para ayudarlos.
La depresión NO les ocurre a los débiles emocionalmente ni es un «drama» para llamar la atención. No significa que nos falta la fe ni que es un castigo de Dios. La depresión NO se «te pasa» si haces un esfuerzo.
La depresión es un trastorno biológico que cualquier persona puede presentar. Lo peligroso de creer estos mitos es que sin el tratamiento adecuado, las condiciones de salud mental pueden empeorar.
Sin embargo, muchas personas que sufren de depresión han dominado el arte de ponerse una máscara y esconder su condición, en vez de pedir ayuda. Tú y yo podemos jugar un papel imprescindible en la vida de ellos.
La máscara de la depresión es la que nos ponemos cuando nos preguntan «cómo estamos» y respondemos con un «súper bien», cuando en realidad estamos muriendo por dentro. Y es que los mitos y la crueldad de la sociedad hacen que las personas que sufren de depresión sientan vergüenza.
La persona deprimida se convence a sí misma que si solo se esfuerza un poco más logrará estar bien, y por eso se pone una máscara cada día y pretende estar bien.
La depresión puede ser un atentado contra la vida misma pues, a falta de ayuda, la condición depresiva va empeorando al punto que algunas personas prefieren literalmente morir antes de pedir ayuda. Comienzan a odiarse a sí mismas por sentirse así.
Queremos recordarles que la depresión tiene cura. Consulte con su doctor de cabecera. Un profesional de la salud mental puede recomendarle medicamentos, psicoterapia, terapias de estimulación cerebral, fototerapia, ejercicio, educación y estrategias de autocontrol o enfoques mentales/corporales/espirituales; por ejemplo, meditación, fe y oración.
Además de necesitar intervención profesional, las personas con depresión necesitan un sistema de apoyo para recuperarse. Usted y yo podemos ser ese apoyo.
La Dra. Beverly Yahnke nos sugiere:
Contrario a lo que oímos en los mitos acerca sobre la depresión, esta es un diagnóstico médico que afecta las emociones, relaciones, vocaciones y hasta el espíritu de la persona. Sin embargo, muchas personas que sufren de depresión han dominado el arte de ponerse una máscara y esconder su condición en vez de pedir ayuda.
La Dra. Beverly Yahnke nos enseña que el contagio emocional es real. Cuando un miembro de la pareja se deprime, se estima que un cuarenta por ciento de las veces, el cónyuge «sano» contrae algunos síntomas de depresión. El cónyuge sano extraña la presencia emocional y la energía física que el cónyuge deprimido tenía antes, y desea de todo corazón que las cosas vuelvan a ser «normales».
Entonces, cuando el depresivo se niega a tratarse, multiplica los sentimientos de desesperanza e impotencia que el cónyuge sano y los miembros de la familia deben cargar. El cónyuge sano hasta puede llegar a ver la falta de interés por buscar ayuda como una evidencia de que al cónyuge deprimido ya no le importan su pareja y su matrimonio.
La buena noticia es que nuestro Creador está aquí para ayudarnos. Él cuida a su creación con su creación.
En esta época de Epifanía, seamos la respuesta a la oración de una persona que sufre de depresión.
PARA REFLEXIONAR
¿QUÉ NOS DICE LA BIBLIA?