• febrero 6, 2025
  • La vida en pareja

  • Regresa

  • Introducción

    ¿Alguna vez te has preguntado cómo hacen las parejas que llevan muchos años de casados para hacer que su matrimonio funcione y para mantener viva la llama del amor y la unidad? Hoy te invitamos a explorar juntos este fascinante tema.

    Imagínate poder prevenir los problemas matrimoniales, evitando que se conviertan en algo insuperable. El Dr. John Gottman, un experto en relaciones matrimoniales, ha dedicado su vida a investigar precisamente eso. Su libro «Siete reglas de oro para vivir en pareja«, ofrece estrategias prácticas para construir y mantener una relación amorosa y duradera.

    Así es que vamos a descubrir juntos cómo los principios de Gottman pueden ayudarnos a fortalecer la unidad familiar, un valor central en nuestra cultura.

    Para comenzar, el autor establece que los matrimonios emocionalmente inteligentes tienen más probabilidades de ser exitosos y duraderos. A través de una investigación extensa, él ha identificado que la clave para un matrimonio feliz no radica en la ausencia de conflictos, sino en la habilidad de la pareja para gestionar esos conflictos y mantener una dinámica positiva.

    Toda pareja es capaz de aprender esto y de ponerlo en práctica. Si te estás preguntando cómo, aquí compartimos algunos consejos prácticos:

    1. Fomentar la amistad – La base de un matrimonio feliz es una sólida amistad. Por lo tanto, dedica tiempo a conocer y entender a tu pareja, apoya sus aspiraciones y respeta sus valores.

    2. Mitigar los conflictos – Cuando discutan, utiliza palabras que alivien la tensión y eviten que la negatividad aumente. Los pequeños gestos, el humor o las disculpas sinceras pueden ayudar a mitigar los conflictos.

    3. Aceptar y respetar – A veces las diferencias en la pareja son irresolubles debido a diferencias fundamentales de personalidad o valores. En vez de tratar de cambiar a tu pareja, aprende a aceptar y vivir con esas diferencias.

    4. Saber comunicar – Aunque una buena comunicación no garantiza la solución de todo conflicto, mejorar cómo se discuten los problemas ayuda a reducir el estrés y a mantener una atmósfera de respeto mutuo.

    5. Salvaguardar el matrimonio – Realiza esfuerzos conscientes para mantener y fortalecer tu matrimonio, incluso si actualmente estás satisfecho con tu relación. No des por sentado el valor de tu matrimonio.

    6. Cuidar de la salud emocional y física – Las parejas felices tienden a cuidar más de su salud y la de su pareja, lo que contribuye a una mejor calidad de vida.

    7. Evitar mitos y falsas expectativas – No te dejes influenciar por los mitos sobre el matrimonio. Todas las parejas tienen conflictos. Pero el éxito matrimonial no depende de la perfección, sino de la capacidad para manejar los problemas de manera inteligente.

    8. Aprender continuamente – La inteligencia emocional en el matrimonio se puede aprender y desarrollar con el tiempo. Participa en talleres o actividades que fomenten esta habilidad.

    El Dr. Gottman señala que los matrimonios felices están basados en una profunda amistad, en el respeto mutuo y en una conexión emocional positiva. Dado que las parejas que tienen una sólida base de amistad están mejor preparadas para manejar los conflictos y navegar por los desafíos de la vida matrimonial, veamos qué podemos hacer para lograrlo.

    1. Esforzarse por conocer los gustos, disgustos, esperanzas y sueños del otro, y aprender a disfrutar de la compañía mutua.

    2. Hacer más comentarios positivos que negativos y darse el beneficio de la duda mutuamente, siendo más indulgentes con los errores del otro.

    3. Responder al otro en los momentos cotidianos, atendiendo sus solicitudes de atención, afecto y apoyo. Esto construye conexiones emocionales e intimidad.

    4. Gestionar los conflictos asumiendo responsabilidad, estando dispuestos a reparar y reducir las tensiones, evitando la crítica, el desprecio, la evasión y una actitud defensiva.

    5. Crear un sentido compartido de propósito y significado en sus vidas como pareja, lo que puede implicar metas, sueños y valores compartidos.

    Por otra parte, cuando nos relacionamos en forma negativa, corremos peligro de dañar nuestra relación de pareja. Gottman dice que hay ciertos tipos de negatividad que, de no ser controlados, pueden ser fatales. Él los define como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis que usualmente entran en el matrimonio en el siguiente orden: criticismo, desprecio, actitud defensiva y evasión. Veamos en detalle cada uno de ellos.

    Jinete #1: Criticismo

    Siempre vamos a tener alguna queja acerca de nuestro cónyuge. Pero entre queja y crítica hay una gran diferencia.

    • La queja se enfoca en una conducta o hecho específico, por ejemplo: “Estoy enfadada porque habías dicho que ibas a guardar tu ropa y no lo has hecho. ¿Puedes hacerlo ahora?” Esta queja dice cómo me siento sobre una situación específica y lo que necesito, quiero o prefiero que el otro haga.
    • La crítica, en cambio, expresa sentimientos u opiniones negativas acerca del carácter o personalidad del otro. Por ejemplo: “¿Por qué eres tan olvidadizo? No me gusta llegar a casa y encontrar tu ropa por todos lados. Siempre haces lo mismo, parece que no te importa.” La crítica utiliza el “siempre” o el “nunca”.

    Jinete #2: Desprecio

    El desprecio surge cuando uno de los cónyuges tiene un sentido de superioridad. Es una forma de falta de respeto. El desprecio es alimentado por pensamientos negativos sobre la pareja que han estado latentes durante mucho tiempo. Esto es común cuando la pareja no resuelve sus diferencias. El sarcasmo y el cinismo son formas de mostrar desprecio, al igual que los insultos, las miradas en blanco y el humor hostil.

    Cualquiera que sea su forma, el desprecio siempre es venenoso para una relación porque transmite disgusto. Es prácticamente imposible resolver un problema cuando tu pareja recibe el mensaje de que estás disgustado con él o ella. Inevitablemente, el desprecio conduce a más conflictos que a la reconciliación.

    Jinete #3: Actitud defensiva

    Tomar una actitud defensiva no es más que una forma de atacar a tu pareja. Es como si dijéramos: “La culpa no es mía, sino tuya”. Una forma común de hacerlo, es tomando la actitud de una “víctima inocente”, que a menudo implica quejas y envía el mensaje que dice: “¿Por qué te la agarras conmigo? ¿Acaso no ves todas las cosas que hago? No hay cómo complacerte.”

    Jinete #4: Evasión

    Cuando una discusión mal llevada desemboca en la crítica, el desprecio y actitudes defensivas, eventualmente uno de los cónyuges (usualmente el esposo) se aparta para evadir la situación. Esto no sucede de la noche a la mañana, sino cuando la persona se siente abrumada como resultado de la negatividad creada por los tres primeros jinetes. Recién entonces, la evasión aparece como una solución viable. El problema es que, al evadir la situación, también se evade el matrimonio.

    Como ustedes bien saben, nosotros creemos que la Palabra de Dios es una fuente de sabiduría divina que provee no solo orientación espiritual, sino también consejos para la vida diaria sobre temas fundamentales como el amor, el perdón y la comunicación.

    Por ejemplo, en el libro de Proverbios (15:1-2), leemos: «La respuesta apacible desvía el enojo, pero las palabras ásperas encienden los ánimos. La lengua de los sabios hace que el conocimiento sea atractivo, pero la boca de un necio escupe tonterías.»

    Nuestras palabras tienen un poder tremendo. Las palabras duras e hirientes solo avivan el fuego del enojo y la discordia. Pero las palabras amables y comprensivas pueden calmar las aguas turbulentas. Cuando hablamos en amor, ayudamos a fortalecer la amistad y la conexión emocional con nuestra pareja. Recordemos que el matrimonio es un regalo de Dios.

    Conclusión

    Hemos explorado los fundamentos de lo que hace que un matrimonio funcione según los principios del Dr. John Gottman. Hemos aprendido sobre la importancia de la amistad, la comunicación abierta, la gestión de conflictos y la creación de un significado compartido en nuestra relación de pareja. Pero más allá de simplemente entender estos principios, el verdadero desafío radica en llevarlos a la práctica en nuestras vidas cotidianas.

    Es hora de tomar medidas concretas. Dediquemos tiempo a fortalecer nuestra amistad con nuestra pareja, a mejorar nuestra comunicación y a abordar los conflictos con empatía y comprensión. Recordemos que cada pequeño gesto de amor y cuidado puede hacer una gran diferencia en la salud y la felicidad de nuestro matrimonio.


Contáctenos