LA CASA
Una de las maneras en que los latinos vivimos la anticipación de la celebración del nacimiento del Niño Jesús, es limpiando y pintando las casas por dentro y por fuera. El hacer esto nos prepara para recibir a la familia y amigos que nos visitarán. Pero, más importante aún, nos prepara simbólicamente para recibir a alguien más que quiere entrar y disfrutar de las fiestas con nosotros.
Jesús nos dice: «Mira, yo estoy llamando a la puerta. Si alguien oye mi voz y abre la puerta, yo entraré en su casa y cenaremos juntos» (Apocalipsis 3:20). Así como durante su ministerio participó de varias fiestas, así también Jesús desea entrar a nuestro corazón y vivir en nosotros, compartiendo su alegría, su paz y su compañía. Pidámosle entonces a Dios que, en esta Navidad, arregle y limpie nuestros corazones para recibir y celebrar a Jesús.
LOS VILLANCICOS
Para nosotros la música es importante en todo momento, y la época de la Navidad no es excepción. Es por ello que nos gusta celebrar la Navidad con los villancicos que tanto apreciamos y que reaniman nuestros corazones. Uno de los más conocidos y queridos, es Noche de Paz, un villancico de origen austríaco interpretado por primera vez el 24 de diciembre de 1818 en la iglesia de San Nicolás en una ciudad de Austria. Actualmente, ha sido traducido a más de 300 idiomas y en el año 2018, al cumplirse su bicentenario, la Unesco lo declaró Patrimonio Cultural e Intangible de la Humanidad.
De más está decir que es lo más lógico cantar en Navidad, porque eso es lo que hicieron los ángeles cuando anunciaron el nacimiento de Jesucristo a los pastores, diciendo: «Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor… ¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!» (Lucas 2:11 y 14).
Pero muchas veces en vez de reanimarnos, las canciones de Navidad nos deprimen. Y es que la Navidad puede traer consigo cierta nostalgia. No podemos negarlo. No todo en la vida es color de rosa. Las alegrías vienen de la mano de los sufrimientos. Pero cuando sabemos que Jesús, nuestro Emanuel, está con nosotros en todo momento, podemos vivir cada día confiados y con optimismo, porque no estamos solos.
Entonces, en esta Navidad cantemos villancicos que nos recuerden al Salvador que nació por nosotros y que vendrá por nosotros otra vez, pero que, por sobre todo, está con nosotros hoy y en todo momento.
LAS LUCES Y EL PESEBRE
¿Cuántos de nosotros no hemos pasado horas y horas armando un pesebre o nacimiento? Hay quienes, con gran delicadeza y paciencia, se esmeran en arreglar las casitas y las pequeñas figuras para que todo luzca bien y esperan la Nochebuena para poner al Niño Jesús en el pesebre. Cuando hacemos esto, experimentamos un poco la larga espera del pueblo judío, que anhelaba la llegada del Salvador prometido.
Muchas veces los nacimientos no se parecen al pueblo de Belén, sino a nuestro propio pueblo. Esta costumbre nos recuerda que Cristo vino para salvar a las personas de todo el mundo, incluyendo a nuestro propio pueblo.
Que en esta Navidad, al poner nuestras luces y nacimientos, Jesús alumbre nuestras vidas y corazones para recordar que Él nació, murió y resucitó por nosotros.
LOS REGALOS
¡Y cómo nos gusta a los latinos dar y recibir regalos! ¿Cómo se inició esta costumbre? Fue una consecuencia natural del hecho que, en Navidad, Dios otorgó a la humanidad su regalo más grande. Dios Padre quiso dar lo mejor, así que nos dio a su Hijo. Y luego el Hijo, Jesús, se dio a sí mismo, ofreciendo su vida en la cruz para borrar de nosotros la culpa por nuestros pecados.
Celebramos la Navidad con regalos, por más sencillos que sean, porque así expresamos nuestro amor y agradecimiento por el nacimiento de Jesús. Entonces, podemos aprovechar estas fiestas para celebrar que todos hemos nacido y que somos familia. Sea que los regalos los hagas en Navidad o el Día de Reyes, esfuérzate en que quede claro que lo más importante es estar juntos y demostrarse el amor, y no los regalos. Y a la hora de comprarles regalos a tus niños:
* Compra algo que les vaya a divertir sin hacerles daño a ellos ni al ambiente.
* Compra algo que les demuestre que los conoces y valoras (respetando su edad y gustos personales).
* Trata de regalar cosas que no los aíslen, sino que puedan ser compartidas.
* No les compres cosas de las que te vas a quejar el resto del año.
Además, estimúlalos a que ellos también regalen a sus seres queridos: un dibujo, una carta, algo que los haga recordar y pensar en el otro.
Al creer en Cristo, hemos recibido el regalo más grande que pueda existir. Por eso, al hacer intercambios de regalos unos con otros en la Navidad, lo hacemos recordando el gran regalo de Dios.
COMPARTIENDO EN FAMILIA
Además, a los latinos nos gusta celebrar la Navidad con la familia. Los latinos que vivimos en los Estados Unidos sentimos la diferencia de culturas en nuestra primera Navidad acá. En nuestros países, la familia casi siempre vive cerca y los vecinos se convierten en familiares. Acá no siempre es así. Muchas familias viven en diferentes ciudades o estados y se les dificulta reunirse todos en Navidad. Pero en el 2020 aprendimos, gracias a la pandemia, que la distancia física no significa distancia emocional. Podemos acercarnos de otras formas.
Y es que quizás el aspecto más dulce de nuestra celebración navideña es el acercamiento de las familias. Parejas que han estado disgustadas deciden perdonarse. Padres que han sido rigurosos o indiferentes con sus hijos se quitan las máscaras de despreocupación y comienzan a expresar sus verdaderos sentimientos hacia ellos. Y una vez más reina el perdón.
Pero, como continuamente mencionamos en Sentido Latino, siempre hay algunas relaciones que no son saludables y que resultan tóxicas o hasta peligrosas. Entonces, en esta Navidad, aunque perdonemos y haya armonía en nuestro corazón, a veces la distancia física y/o emocional es la solución más saludable. Y podemos estar seguros de que, en medio de la distancia, allí está también Jesús con nosotros trayendo armonía.
Esta armonía es apenas una muestra de la armonía perfecta que Dios quiere compartir con nosotros. A través de la obra salvadora de su Hijo, Dios desea reunirnos a todos en la fiesta que Él ha planeado para nosotros en el cielo, donde ya no habrá más desarmonías ni injusticias. Todas las personas del mundo que se arrepienten y creen en la Jesús, el Salvador, van a vivir en la paz eterna adquirida para nosotros por la sangre de Cristo, el Príncipe de Paz.
CONCLUSION
Nuestras muchas costumbres navideñas nos dan fascinantes razones para alegrarnos en el nacimiento del Niño Jesús y todo lo que esto conlleva. Así que cada familia expresa su alegría y agradecimiento por Jesús con sus tradiciones y costumbres para la Navidad. ¿Cuáles son las tuyas? Te animamos a que dediques un tiempo en esta época en que nos preparamos para celebrar la Navidad, para reflexionar sobre el verdadero significado de lo ocurrido hace más de dos mil años.
¿Quieres que la alegría y la paz de la Navidad penetren hasta lo más profundo de tu ser? Te invitamos a que escuches la voz de Cristo, el Salvador, y le abras tu puerta para festejar con él esta Navidad.
Recursos: