INTRODUCCIÓN
Me encanta escuchar a los comentaristas deportivos cuando elogian a los atletas que siguen jugando a pesar de estar lastimados, porque quieren dar lo mejor de sí mismos a pesar de sus lesiones. En estos primeros días del año 2022 me he puesto a pensar que, en realidad, el mundo entero está jugando lastimado. Sin embargo, y a pesar de una interminable lista de cosas malas que vemos a nuestro alrededor y en nosotros mismos, seguimos jugando.
En medio de tanta tragedia y tanto dolor, te has puesto a pensar: ¿Cómo puede Dios ser bueno y permitir tanto mal? ¿Qué está haciendo Dios cuando sufrimos? ¿Por qué existen el dolor y el sufrimiento?
En el programa de hoy queremos discutir estos temas, utilizando como base un folleto muy interesante titulado:
¡TANTAS PENAS Y DOLORES!
La lista de penurias a nuestro alrededor es interminable:
* Familias destrozadas por disfunciones, adicciones, abuso y divorcio.
* Obreros estresados por el desempleo y los bajos ingresos.
* Ataques terroristas que matan personas inocentes.
* Guerras que resultan en más tumbas, viudas y huérfanos.
* Enfermedades que traen dolor, sufrimiento y muerte.
* Robos y opresión que dejan a las personas indefensas.
* Desastres de la naturaleza que dejan miles de víctimas.
* La muerte de los padres.
* Lesiones físicas.
* Rebelión y malas decisiones de los hijos.
* La falta de respeto de los colegas.
* Acusaciones y calumnias falsas.
* Agotamiento y depresión.
* Secretos familiares que salen a la luz.
* Desafíos de la generación sándwich.
Quizás estés oyendo este podcast con la esperanza de encontrar una respuesta mágica y simple a los sufrimientos de la vida. Pero desafortunadamente, no hay un remedio rápido para tu dolor. Sin embargo, lo que te ofrecemos es sustancial: las respuestas de la Biblia a las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué existen el dolor y el sufrimiento?
2. ¿Qué cosa buena puede surgir de mis problemas?
3. ¿Qué ha hecho Dios para lidiar con el mal y el dolor del mundo?
El sufrimiento sin sentido es insoportable. Pero cuando el dolor tiene un propósito, puede soportarse con coraje. Si no me crees, fíjate en el atleta que castiga y sacrifica tanto su cuerpo para competir en los Juegos Olímpicos, o la mujer que sufre los dolores de parto para traer un bebé al mundo, o el padre que trabaja largas y duras horas para mantener a su familia. Dado que su dolor tiene un propósito válido, todos ellos son ejemplos de coraje y no de sufrimiento sin sentido.
Quizás las pruebas que has tenido que enfrentar te han dejado frustrado, enojado o incluso amargado. Si es así, espero que este programa te dé una nueva perspectiva de la esperanza, la determinación y el gozo que puedes tener mientras juegas el doloroso juego de la vida.
¿CÓMO PUEDE DIOS SER BUENO Y PERMITIR TANTO MAL?
Cuando contemplamos el mal que existe en el mundo, es común que nos quejemos diciendo: «¿Cómo puede un Dios bueno permitir que sucedan cosas malas?» En su frustración, algunas personas concluyen que o bien Dios es la causa del mal, o que sencillamente Dios no existe. Antes de sacar tales conclusiones, ¿no crees que sería justo considerar el tema desde el punto de vista de Dios?
La Biblia nos dice que Dios creó al primer hombre y mujer con una cualidad que ninguna otra criatura tenía: el libre albedrío. Ellos no eran robots programados para seguir órdenes, ni esclavos que obedecían por miedo. Al contrario, nuestros primeros padres fueron creados perfectos y con la libertad de elegir amar y obedecer a Dios simplemente porque Él era digno de tal respeto.
Pero desafortunadamente, eligieron y decidieron desobedecer a Dios, dando como resultado el mundo perturbado y doloroso que tenemos hoy.
Quizás estés pensando: «¿Me estás pidiendo que crea esa vieja historia sobre Adán y Eva en el jardín y la serpiente que los convenció para que comieran la fruta prohibida?»
¡Sí! Quizás estés pensando dejar de oír este programa. Si es así, te pido que por favor nos escuches. No te va a hacer ningún daño el seguir oyendo para tener una imagen completa de lo que dice la Biblia sobre el mal.
Generalmente creemos que la libertad es algo positivo, ¿no es así? Nos alegramos cuando un régimen opresivo cede a la voluntad del pueblo. Nos complace ver que las personas pobres tienen acceso a una buena educación y empleos bien remunerados. Nos gustan los artistas innovadores que se niegan a estar limitados por los viejos estilos.
Deseando darnos la verdadera libertad, Dios creó a Adán y Eva con libre albedrío. Si no seríamos robots, y a nadie le gustaría eso.
Aun cuando te resulte difícil de aceptar la historia bíblica de la caída de la humanidad en el pecado, la evidencia que tenemos lo respalda:
* Dios no fabrica y tira bombas sobre las ciudades. ¡Los humanos lo hacen!
* Dios no hace mal uso de la tierra cultivable, causando hambre y desnutrición. ¡Las personas lo hacen!
* Dios no abusa de los niños. ¡Las personas lo hacen!
* Dios no transmite los virus mortales. ¡Las personas lo hacen!
* Dios no ha inventado miles de maneras de pecar. ¡Nosotros lo hemos hecho!
Nos duele el orgullo admitirlo, pero la culpa está en nosotros que buscamos lograr nuestros propósitos egoístas a expensas de otros.
Para todo debemos tomar en cuenta la voluntad de Dios. Después que Adán y Eva desobedecieron, Dios les dijo que la vida sería difícil: Adán tendría que trabajar duro para mantener a su familia; Eva experimentaría dolores en el parto. Y lo peor de todo: cuando sus vidas cumplieran su curso, morirían. La muerte es la última e incuestionable tragedia que acecha a cada uno de nosotros. Ninguno de nosotros saldrá de aquí con vida. Cada muerte humana añade a la creciente evidencia de que los seres humanos estamos contaminados con el mal y que la vida en esta tierra no es como Dios originalmente había planeado.
¿QUÉ ESTÁ HACIENDO DIOS CUANDO SUFRIMOS?
Aun cuando el sufrimiento y el dolor sean culpa nuestra, ¿qué está haciendo Dios al respecto? ¿Se ha lavado las manos y nos ha abandonado al destino? No. Dios está sumamente preocupado por nuestro sufrimiento. En la Biblia, el Señor promete hacer tres cosas con respecto al mal.
Primero – Dios nos dice que, a diferencia de un padre demasiado permisivo, Él no pasará por alto la injusticia. Las personas malas a menudo parecen estar ganando, mientras que las buenas son aplastadas. Sin embargo, Dios promete que llegará el día en que vendrá a juzgar a todas las personas con justicia y todo castigo pendiente será pagado.
Segundo – Dios le prometió a Adán y Eva y a las futuras generaciones que enviaría un Salvador para resolver el problema del mal y del pecado. El Señor cumplió esta promesa en la persona y el ministerio de su Hijo, Jesucristo. Esta es la enseñanza central de la Biblia entera.
Tercero – Dios promete que Él dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que Él ha llamado de acuerdo a su propósito. Esto afirma que, de todas las cosas malas de nuestra vida, incluyendo los desastres y las pruebas, Dios va a producir algo bueno.
Los desastres y las pruebas no vienen de Dios, sino que son el resultado de las elecciones pecaminosas que hacemos los humanos. Aun así, Dios es tan sabio y poderoso que puede tomar las cosas malas que nos pasan y volverlas en algo que sirva para nuestro bien. Como un maestro artista, Él puede tomar basura y convertirla en algo hermoso. Yo lo llamo el Maestro en reciclaje.
Esta promesa suena casi increíble, ¿no es así? Muchos hablan como si sus vidas estuvieran gobernadas por un destino ciego, pero no es así. Dios sigue amándonos a pesar de nuestra desobediencia. ¿Cómo obra Dios este milagro de hacer que las cosas funcionen para bien? Ese es el tema de la parte 2 de este programa.
CONCLUSIÓN
Esto no significa que quienes confiamos en Dios no vamos a sufrir, pero sí significa que nunca vamos a sufrir sin un propósito. Las personas malas pueden causar todo tipo de sufrimiento y conflicto, pero Dios promete hacer que sus propósitos malvados resulten en bendición para sus hijos.
En tu caso, si respondes al llamado de Dios para confiar en Cristo como tu Salvador del pecado, puedes estar tranquilo que Dios te está cuidando y nunca experimentarás pruebas sin un propósito.
En medio de lo que parecen ser dificultades aparentemente insuperables, acércate a Dios y confía en la promesa de su Palabra que dice: «… pero Dios es fiel y no permitirá que ustedes sean sometidos a una prueba más allá de lo que puedan resistir, sino que junto con la prueba les dará la salida, para que puedan sobrellevarla» (1 Corintios 10:13b).
Recursos: