• marzo 14, 2024
  • Primera ley para crear un hábito: hacerlo obvio

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  • Introducción

    ¿Recuerdas esas metas y sueños que estableciste con entusiasmo al comienzo del año? Este mes de marzo es el momento perfecto para reflexionar sobre tu progreso y redescubrir el impulso necesario para llevar esas aspiraciones a nuevas alturas.

    En el episodio anterior decíamos que nunca es tarde para ajustar el rumbo de nuestras metas, y que eso lo logramos cuando practicamos en forma consistente pequeños cambios que de a poco van transformando los hábitos que impactan nuestra vida de manera positiva. Al hacer esto, estaremos esculpiendo la versión más auténtica y exitosa de nosotros mismos.

    Para lograrlo, James Clear, el autor del libro Hábitos Atómicos, propone cuatro leyes que rigen los cambios de conducta:

    1. Hacerlo obvio
    2. Hacerlo atractivo
    3. Hacerlo sencillo o fácil
    4. Hacerlo satisfactorio

    Si alguna vez te has preguntado:

    * ¿por qué no hago lo que dije que iba a hacer?
    * ¿por qué no logro bajar de peso, o dejar de fumar o ahorrar para el futuro o para poner mi negocio propio?
    * ¿por qué digo que algo es importante, pero nunca encuentro el tiempo para hacerlo? … la respuesta está en alguna de esas cuatro leyes.

    Hoy vamos a hablar sobre la primera ley, que dice «hacerlo obvio».

    Nuestro cerebro está constantemente analizando todo lo que vivimos. Cuando vivimos algo en forma repetida, el cerebro comienza a resaltar las cosas que son importantes y a catalogar esa información para uso futuro. Con la práctica, uno puede darse cuenta de las señales que predicen ciertos resultados sin tener que pensarlo, ya que el cerebro las ha codificado a través de la experiencia.

    Esta primera ley de «hacerlo obvio», se enfoca en la necesidad de hacer que los hábitos sean evidentes, o sea, de ver esas señales, esos eventos o situaciones que los activan o desencadenan. Porque para poder cambiarlos, primero debemos saber cuáles son y comprender lo que significan en nuestra rutina diaria.

    Por ejemplo, a menos que alguien nos lo diga, quizás no nos damos cuenta de que siempre pedimos perdón antes de hacer una pregunta, o que tenemos el hábito de taparnos la boca con la mano cada vez que reímos, etc.

    Veamos ahora los 4 pasos que debemos seguir para crear un hábito «haciéndolo obvio».

    Primero: escribimos los hábitos que tenemos, para así tomar conciencia de ellos.

    Estamos tan acostumbrados a hacer las cosas como siempre las hemos hecho, que no nos detenemos a preguntarnos si lo que estamos haciendo es bueno. Cuando anotamos los hábitos diarios que tenemos, podemos mirar a cada uno y decidir si es un hábito bueno, malo o neutral, preguntándonos: «¿Me ayuda este hábito a ser la persona que quiero ser?»

    Ejemplos:

    * Si queremos bajar de peso, tener el hábito de desayunar cada mañana con pan con manteca, o de comer chocolate antes de ir a dormir, puede ser un hábito malo.
    * Si queremos hacer buen uso de nuestro tiempo, pasar horas en los medios sociales no nos va a ayudar a hacerlo.

    El proceso de cambio de comportamiento siempre comienza con el reconocimiento de ese comportamiento.

    Segundo: Establecemos un plan para implementar un nuevo comportamiento

    Está comprobado que las personas que hacen un plan específico para cuándo y cómo van a poner en práctica un nuevo hábito, tienen muchas más probabilidades de lograrlo. Muchos creen que les falta motivación para lograr lo que quieren, cuando lo que realmente les falta es claridad. Porque no siempre es obvio cuándo y dónde hacer algo.

    Una vez que hemos establecido nuestra intención, ya no tenemos que esperar nada más que a que llegue el momento establecido de tomar acción.

    Ejemplos:

    * En vez de decir: «Voy a comenzar a hacer más ejercicio», decimos: «Cada día, después de la cena, voy a salir a caminar durante una hora».
    * En vez de decir: «Voy a dejar de comer tanto chocolate», decimos: «Voy a comer un trozo de chocolate solamente los fines de semana, después de la cena»

    Cuando hacemos esto, les estamos dando a nuestros hábitos un espacio y un tiempo para vivir en el mundo. El objetivo de hacer ese tiempo y espacio tan obvio que, luego de varias repeticiones, uno siente la necesidad de hacerlo cuando este tiempo llega.

    Por otra parte, ningún comportamiento sucede en aislamiento, sino que cada acción se convierte en una señal que activa el siguiente comportamiento. Entonces, cuando queremos construir un hábito nuevo, podemos conectarlo a otro comportamiento ya existente. Por ejemplo, podemos decir: «Tan pronto como termino de lavar los platos de la cena, me pongo ropa cómoda para salir a caminar».

    Tercero: Aplicamos la técnica de «Si-Entonces»

    La planificación y la anticipación en la formación de hábitos es crucial. La técnica «si-entonces» implica establecer intenciones claras sobre cómo reaccionar en situaciones específicas. Cuando tenemos una respuesta predeterminada a través de un «si-entonces», estamos mejor preparado para superar obstáculos y tomar decisiones conscientes.

    Ejemplos:

    * «Cuando me sirva la comida, siempre me voy a servir primero ensalada.»
    * «Cuando llego a una fiesta, me voy a presentar a alguien que no conozco.»
    * «Cuando quiero comprarme algo de más de $50, voy a esperar 24 hrs. antes de hacerlo.»
    * «Cuando me compro un par de zapatos nuevos, voy a regalar uno de los que ya tengo.»

    Cuarto: Diseñamos nuestro entorno para lograr hábitos positivos

    Las señales visuales del entorno en el que vivimos son las que más moldean nuestro comportamiento.

    Ejemplos:

    * Si en la mesa de la cocina hay un plato con galletas, cada vez que vayamos a la cocina vamos a comer al menos una o dos.
    * No es fácil recordar de tomar cada día las vitaminas si las tenemos guardadas en la gaveta.

    Es por esto que incluso un pequeño cambio en lo que vemos, puede producir un gran resultado en lo que hacemos: las galletas pueden guardarse en un frasco en la despensa, mientras que las vitaminas las podemos poner sobre la mesada de la cocina.

    Si queremos que un hábito sea una parte importante de nuestra vida, hagamos que su señal sea una parte importante de nuestro entorno. Los hábitos prosperan en las circunstancias predecibles.

    Ejemplos:

    * Si el celular es una distracción cuando trabajamos, lo metemos en un cajón.
    * Si nos cuesta aceptarnos como somos, dejamos de seguir en los medios sociales a quienes nos provocan celos o envidia.

    En este episodio hemos aprendido acerca de la primera ley para establecer hábitos, que nos dice que hay que hacerlo obvio. O sea, la clave está en hacer visibles nuestros hábitos, iluminándolos con la luz de la conciencia y la atención.

    Jesús nos ofrece una perspectiva acerca de la importancia de la visibilidad de nuestras acciones. En Mateo 5:15-16, dice: «Tampoco se enciende una lámpara y se pone debajo de un cajón, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en casa. De la misma manera, que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos.»

    Es que nuestras acciones deben respaldar nuestras palabras. Jesús espera que seamos testigos de su amor no solo con lo que decimos, sino también con lo que hacemos, al igual que Dios nos reconoce como sus hijos al respaldar sus palabras con acciones. Podemos ser una presencia impactante y una luz visible en cualquier lugar donde nos encontremos.

    Así como una lámpara no cumple su propósito si la ponemos debajo de un cajón, nuestros hábitos no cumplen su función si permanecen ocultos en la oscuridad de la inconciencia. Ahora, más que nunca, es el momento de tomar acción. ¿Recuerdas esas metas y sueños que te propusiste al inicio del año? ¡Es hora de revitalizarlos y llevarlos a nuevas alturas!

    ¿Listo para dar pasos concretos hacia el cambio positivo?

    Únete a nosotros en este viaje hacia la versión más auténtica y exitosa de ti mismo. ¡Es hora de hacer que tus hábitos sean obvios y convertir tus metas en realidades tangibles! ¡Adelante hacia el cambio positivo!


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