Detalle de lo tratado
- Criarlos y educarlos en amor, sin miedo y sin sobreprotegerlos
- Dejar de lado nuestras emociones, traumas y culpas personales
- No confundir autoridad con autoritarismo
- No involucrarlos en los problemas de la pareja, ni descuidar a la pareja por ellos
- Ser padres con los pies sobre la tierra
1) Criarlos y educarlos en amor, sin miedo y sin sobreprotegerlos. «En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor» (1 Juan 4:18).
- Amarlos incondicionalmente les da seguridad.
- Amar no significa darles todo lo que piden.
- Amar tampoco significa sobreprotegerlos.
- Educarlos sin miedo.
Ama incondicionalmente a tus hijos.
No tengas miedo de educarlos
2) Dejar de lado nuestras emociones, traumas y culpas personales. De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas» (2 Corintios 5:17).
- Ellos no tienen la culpa de las cosas que nos suceden a los adultos.
- Lo que nos sucedió a nosotros no tiene por qué sucederles a ellos.
- No compensemos nuestras culpas siendo permisivos.
No trates de compensar tus culpas
Dándoles a tus hijos todo lo que quieran.
3) No confundir autoridad con autoritarismo. «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor» (Efesios 6:4).
- La autoridad establece límites y consecuencias claras que ayudan al niño a sentirse seguro.
- El autoritarismo impone la voluntad de quien tiene el poder, y generalmente provoca una reacción adversa.
Educa con autoridad.
Evita el autoritarismo.
4) No involucrarlos en los problemas de la pareja, ni descuidar la pareja por ellos.
- Los niños no son una «ficha» o un «escudo» que el papá o la mamá pueden usar según mejor les convenga en sus peleas. Los problemas de los adultos pertenecen sólo a los adultos y deben ser resueltos por los adultos.
- Si bien los niños ocupan mucho tiempo, no es bueno descuidar la pareja por ellos. Cada uno debe tener su espacio dentro de la vida familiar.
Invierte tiempo en tu pareja.
5) Ser padres con los pies sobre la tierra. «Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él» (Proverbios 22:6). «… los padres son la honra de los hijos» (Proverbios 17:6).
- Nuestra tarea, nuestra vocación con respecto a nuestros hijos, es ser sus padres. Por lo tanto, no podemos tratar de ser también sus amigos. La vida ya se encargará de darles amigos.
- Como padres nos corresponde encontrar el equilibrio en cuanto a los halagos que hacemos a nuestros hijos de tal forma que estén seguros de nuestro amor y apreciación, pero a la vez no crean que son más de lo que en realidad son.
Disfruta de tu vocación de padre.