• septiembre 8, 2022
  • Tengo pensamientos suicidas

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  • Introducción

    Éste sábado 10 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y avalado por la Organización Mundial de la Salud. Con este día se intenta crear conciencia acerca de la prevención del suicidio en todo el mundo.

    Hoy queremos conversar contigo, tú que te sientes decaído y con pensamientos suicidas, queremos que sepas que no estás solo, que no eres la única persona que se siente así y que es posible encontrar ayuda. Vamos a hablar sobre algunas posibles razones por las cuales te sientes así y te acompañaremos mientras elaboras un plan de seguridad para cuidarte cuando te sientas así.

    En el año 2020, en Sentido Latino tratamos el tema del suicidio con un programa dirigido a personas cercanas a alguien con pensamientos o conductas suicidas. En ese programa sugerimos pasos y acciones concretas para ayudar a prevenir el suicidio de un ser querido y también ofrecimos ayuda y consuelo para los sobrevivientes de ser amado que cometió suicidio. Si ese es tu caso, te recomendamos que escuches el programa titulado «Un dolor como ningún otro», donde también puedes descargar de forma gratuita el folleto con el mismo título con mucha más información sobre ese tema.

    Pero este programa, como te decíamos, te lo dedicamos a ti, que jamás pensaste que llegarías a sentirte así, pero que hoy te encuentras en lo gris de los pensamientos y sentimientos suicidas.

    Y hacemos un alto en el programa para decirte que, si en estos momentos te sientes extremadamente triste y desesperanzado y sientes que vas a cometer suicidio, detente, respira, llama a la Red Nacional de Prevención del Suicidio al 988, que funciona igual que el 911.

    Posibles causas de los pensamientos suicidas

    Los pensamientos y sentimientos suicidas se deben a problemas complejos que pueden afectar a cualquiera. Eso significa que no eres raro, débil o el único que estás pasando por esto. Algunas posibles causas son:

    * Depresión. Los pensamientos depresivos profundos a veces traen consigo una sensación de sufrimiento y desesperanza por escapar del dolor. Con terapia y medicamentos se puede combatir.

    * Psicosis. Algunos desbalances químicos causan pensamientos suicidas por el deterioro cognitivo. Con terapia y medicamentos también se puede combatir.

    * No pedir auxilio. A veces se sufre de dolor interno o emocional y no se alerta a los demás a su alrededor. No desahogarse puede resultar en pensamientos suicidas.

    * Aislamiento social. Éste puede hacer que las personas experimenten soledad, una de las principales causas conocidas de suicidio, especialmente entre los hombres.

    * Falta de resiliencia. Es cierto que hay un vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales (en particular, la depresión y el consumo de alcohol) pero también muchos casos se dan en personas que lo cometen impulsivamente en situaciones de crisis en las que su capacidad para afrontar las tensiones de la vida, como los problemas económicos, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicos, está mermada.

    Y allí está la clave. Podemos intentar juntos descubrir la causa de tus pensamientos y sentimientos suicidas para luego elaborar un plan de seguridad para preservar tu vida. Siempre es bueno conversar con un médico para que te haga exámenes y puedan llegar la dosis correcta para regular los químicos que puede que estén causando que te sientas así.

    Factores de protección

    Así como hay posibles causas o factores de riesgo en cuanto a pensamientos y sentimientos suicidas, también hay factores de protección, que provocan intervenciones de prevención. Algunos son:

    * Relaciones personales sólidas. Contar con relaciones estrechas sanas puede ser un factor protector. Tu círculo cercano es de gran influencia y puede ser el apoyo social, emocional y financiero que contrarreste los factores externos que te están causando estrés. También se ha comprobado que este factor de apoyo disminuye el riesgo de suicidio relacionado con traumas en la infancia.

    * Creencias religiosas o espirituales. Aquí hay que tener cuidado porque, aunque la iglesia proporciona un sistema estructurado de creencias y apoyo, hay algunas iglesias que contribuyen al estigma desalentando la búsqueda de ayuda profesional. El valor protector de la religión y la espiritualidad está en el acceso a una comunidad que comparte un conjunto de valores. Dios usa la iglesia y la fe para recordarnos de la esperanza que tenemos en Él y que no importa lo difícil que se tornen las situaciones en la vida, podemos salir adelante con su ayuda.

    * Estrategias prácticas positivas de afrontamiento y bienestar como forma de vida. El bienestar se relaciona en parte con la capacidad de recuperación frente al estrés y a los traumas. La estabilidad emocional, el optimismo y una identidad personal positiva ayudan a hacer frente a las dificultades de la vida. La buena autoestima, competencia personal y capacidad de resolver problemas, incluyendo la capacidad de pedir ayuda, contrarrestan la repercusión de las adversidades.

    Plan de seguridad

    El suicidio es una reacción trágica a la angustia severa o a la pérdida de esperanza en la vida. Es usualmente un asunto de químicos en el cerebro. ¡No es tu culpa sentirte así! Pensar en el suicidio no significa necesariamente que deseas morirte, sino que sientes más dolor de lo que puedes enfrentar en ese momento. El dolor de la depresión profunda es intenso y puede resultar imposible soportarlo por largo tiempo. Pero hay buenas noticias, ¡esas ideas suicidas no tienen que convertirse en acciones suicidas!

    Un plan de seguridad es una serie de medidas que puedes tomar cuando tienes pensamientos suicidas. Debe incluir señales de advertencia, estrategias de afrontamiento y una lista de personas a las que le puedes pedir apoyo. Puedes redactar tu propio plan de seguridad o usar una aplicación telefónica gratuita. A mí me gusta una que se llama CALMA. Me parece excelente. Allí puedes crear tu plan de seguridad y tenerlo siempre a mano y además da la opción de interactuar. Es bueno trabajar con un terapeuta para elaborar tu plan, pero puedes crearlo tú mismo también. Aquí te decimos cómo.

    Tener un plan de seguridad es importante y útil para toda persona que tenga pensamientos suicidas. Puede ayudarte a ti (o a un ser querido) a superar los momentos de crisis de forma segura. Trata de elaborar tu plan cuando no estés en crisis, para tenerlo pronto para cuando lo necesites.

    Para usar el plan, síguelo paso a paso. Primero, revisa tus señales de advertencia. Luego, prueba tus estrategias de afrontamiento. Si después de eso, aún te sientes mal, sigue con el resto de los pasos hasta que te sientas mejor y pase la crisis.

    Éstas son unas sugerencias para hacer tu plan de seguridad:

    1. Haz una lista de tus señales de advertencia de crisis. Por ejemplo:

    a. Sientes que deseas regalar tus pertenencias.
    b. Usas drogas o escribes sobre la muerte. Esto puede incluir escribir notas suicidas y hablar sobre armas de fuego, cuchillos o pastillas.
    c. Comienzas a pasar mucho tiempo a solas o pasas más tiempo a solas de lo habitual.
    d. Oyes voces.
    e. Empiezas a actuar de una manera agresiva que no es normal para ti.

    2. Haz una lista de tus motivos para vivir. Puede ser una misión de vida que tengas o sencillamente el hecho de no causarle el dolor de perderte a las personas que te aman.

    3. Haz una lista de algunas fuentes de apoyo y distracción. Piensa en personas y lugares que podrían ayudarte a desviar la atención de los sentimientos dolorosos o los pensamientos de muerte. Haz una lista de estas personas y sus números de teléfono. También una lista de lugares o espacios sociales seguros, como una cafetería, librería, biblioteca, un parque…lugares que te traen paz.

    4. Haz una lista de personas con las que puedes contar siempre. Una lista de dos o tres personas que puedas llamar a toda hora y que te puedan acompañar en momentos de crisis por teléfono o en persona. No es la misma lista de personas y lugares para distraerte, sino personas clave que sepan acompañarte en tus momentos de crisis.

    5. Enumera tus fuentes profesionales de apoyo. Esto puede incluir a tu médico o terapeuta, salas de emergencia locales y líneas telefónicas de emergencia locales, incluyendo el número 988.

    6. Piensa en maneras de mantenerte a salvo. ¿Tiene armas u otros medios con los que puedes hacerte daño? Limita tu acceso a ellos. Por ejemplo, si tienes un arma de fuego, pídele a un amigo o familiar que te la guarde. ¡Defiéndete de ti mismo! ¡Protégete a ti mismo!

    Conclusión

    Muchas personas piensan en el suicidio bajo la influencia de una depresión o algún otro sufrimiento mental, ya sea temporal o crónico. La depresión y la esquizofrenia son las dos condiciones mentales más comunes relacionadas con el suicidio. Se estima que 1 de cada 10 adultos estadounidenses sufren de depresión. La depresión es algo terrible y puede ser tan mortal como el cáncer. Así como no culpamos a las víctimas de cáncer por sucumbir al poder de la enfermedad, tampoco podemos culparnos a nosotros mismos o a otros por sentirnos así, sino antes bien tener compasión de nosotros mismos si tenemos pensamientos o sentimientos suicidas.

    El suicidio no es más fuerte que Cristo, quien es la luz que vence y disipa toda oscuridad. La Biblia nos dice que «El eterno Dios es tu refugio», y cuando caemos, «debajo están los brazos eternos» esperando para atraparnos. Confía en que el Señor te ha atrapado porque Jesús te ama y murió y resucitó por ti. En tu dolor, descansa en Cristo.

    Quizás estés oyendo este podcast no porque tienes pensamientos y sentimientos suicidas, sino porque amas a alguien que los tiene. Si ese es el caso, espero que te dé una idea de lo que tu ser querido está pasando. Puedes hacer mucho para ayudar. Tu sola presencia ya hace una diferencia que tu amigo nunca podrá describir.

    Es triste, pero muchas personas no tienen idea de qué hacer o decir en situaciones como éstas. Como resultado, tienden a alejarse y a no decir nada. No cometas este error. No debes tener respuestas. No tienes que saber qué decir. Solo ámalos. Hasta las más simples demostraciones de cuidado pueden ser increíblemente útiles. No te limites a preguntar: «¿Qué puedo hacer para ayudar?» Es muy probable que no te digan nada, porque no están pensando claramente en ese momento. En cambio, ponte en su lugar e imagina las pequeñas necesidades que enfrentan todos los días. Las pequeñas cosas pueden hacer una gran diferencia.

    Y a ti que te sientes con pensamientos suicidas, todavía hay propósito en tu vida y hay aliento para ti en la esperanza cristiana. En Cristo poseemos todo lo que necesitamos: el perdón de los pecados y la vida eterna. Y no hay nada en la tierra, ni siquiera la desesperación más brutal, que pueda privarnos de eso.

    Puedes vivir cada día con la seguridad de que, a pesar de tu depresión, tus síntomas no dictan si tienes propósito en la vida; Jesús sí.


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