El sufrimiento sin sentido es insoportable. Pero cuando el dolor tiene un propósito, puede soportarse con coraje. Si no me crees, fíjate en el atleta que castiga a su cuerpo para competir en los Juegos Olímpicos, o la mujer que sufre los dolores de parto para traer un bebé al mundo, o el padre que trabaja largas y duras horas para mantener a su familia. Dado que su dolor tiene un propósito válido, todos ellos son ejemplos de coraje y no de sufrimiento sin sentido. Quizás las pruebas que has tenido que enfrentar te han dejado frustrado, enojado o incluso amargado. Si es así, espero que este folleto te dé una nueva perspectiva de la esperanza, la determinación y el gozo que puedes tener mientras juegas el doloroso juego de la vida.