¿Cuánto vale para ti el dinero?
¿Qué lugar ocupa el dinero en tu vida? ¿Eres capaz de controlarlo, o él te está controlando a ti? ¿Sacrificas el tiempo que podrías estar con tu familia para trabajar más y ganar más dinero? ¿Sientes envidia por quienes tienen más o mejores cosas que tú?
A veces la ambición no nos permite establecer límites, no nos permite reconocer la diferencia entre necesidad y deseo. Escuchemos lo que Jesús nos dice al respecto:
Jesús miró alrededor y les comentó a sus discípulos: «¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!» Los discípulos se asombraron de sus palabras. «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!» repitió Jesús. Le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.
Marcos 10:23-25