El enojo
¿Te enojas con facilidad? El enojo en sí mismo no es un pecado; es una emoción que todos experimentamos. Pero la forma en que respondemos sí puede ser un pecado. La Biblia dice que debemos controlar nuestro enojo, no permitir que nos domine y no pecar a causa de él. En Proverbios 14:29 nos dice:
«Los que tienen entendimiento no pierden los estribos;
los que se enojan fácilmente demuestran gran necedad (Proverbios 14:29 NTV)
La ira no es un fundamento sólido para tomar decisiones, ya que puede nublar nuestro juicio y llevarnos a cometer acciones de las que posteriormente nos arrepentiremos. En lugar de actuar impulsivamente, podemos pedirle a Dios que nos ayude a encontrar soluciones pacíficas y así mantener la paz.