Herederos de Dios
Cuando Jesús murió, quienes creemos en él morimos con él. Cuando Jesús resucitó, quienes creemos en él nos levantamos con él para llevar una vida nueva. Cuando Jesús venció al pecado y la muerte en la cruz y por fe pasó a ser tu Salvador, Dios te posicionó en Cristo. Ahora, cuando te mira, te ve revestido de la justicia de Cristo. Pablo lo explica de esta manera en Romanos 8:
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo (Romanos 8:16-17a RVR1960).
Cuando caminamos como herederos de Dios, comenzamos a identificar y reclamar las bendiciones que Él nos ha prometido en su Palabra: gracia, perdón, sanidad, provisión, guía, fortaleza y vida eterna.