¡Qué bien se siente saber que Dios está con nosotros en todo momento y con todo su poder! Él nunca falla ni se equivoca, sino que, en su gran bondad y misericordia, siempre está dispuesto a ayudarnos. Si aún no lo has hecho, te exhorto a que lo descubras por ti mismo y empieces a disfrutar del Señor en una dimensión distinta que puede ser mucho mejor. La Biblia dice en Proverbios 3:
«Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo.» Proverbios 3:6 TLA
¡Entrégale todo, cuéntale todo, pon en manos del Señor todo lo que sientes, piensas y necesitas, y aprende a vivir una vida plena de la mano de Jesús!
En nuestro mundo convulsionado pasan muchas cosas que nos inquietan, que nos preocupan y que muchas veces hasta nos quitan la paz. En ocasiones sentimos que estamos caminando por un camino oscuro donde no podemos ver la luz ni saber lo que nos espera más adelante. Si estás viviendo algo parecido a esto, escucha lo que dice el Salmo 27:
El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar? Salmo 27:1 NTV
Te exhorto a que cada día confíes tu vida en las manos de tu Señor. Cuando andas con Él ya no hay lugar para el temor, porque el Señor va alumbrando tu camino cuando se torna oscuro y guiándote por dondequiera que vayas.
En algún momento de la vida a todos nos toca pasar por situaciones que no esperamos ni deseamos, situaciones que son difíciles y tristes, y ante las cuales sentimos como que ya no tenemos fuerzas para continuar. En esos momentos es cuando más debemos recordar que no estamos solos. Si esa es tu realidad hoy, quiero decirte algo: ¡no te rindas! El Dios todopoderoso que te creó y te ama está siempre pendiente de tu vida, esperando que acudas a Él con tus necesidades. En momentos así puedes hacer tuyas las siguientes palabras del Salmo 5:
Atiende, Señor, a mis palabras; toma en cuenta mis gemidos. Escucha mis súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria. Salmo 5:1-2 NVI
Permite que tu Señor sea tu fortaleza en tiempos de necesidad. Acércate ahora mismo a Él en oración. Él te está esperando con sus brazos abiertos.
Cuando nos hemos caído, ya sea porque nos hemos equivocado o porque alguien nos ha herido, siempre podemos levantarnos y empezar con nuevos bríos y con la fuerza que el Señor nos da. Tú puedes llegar a los pies del Maestro y presentarle lo que quedó de ti después del sufrimiento. Te sorprenderás de lo que saldrá cuando el Señor reconstruya lo dañado, porque para el Señor todo es posible. Así que, no te inquietes. El Salmo 42 dice:
¡Pero no hay razón para que me inquiete! ¡No hay razón para que me preocupe! ¡Pondré mi confianza en Dios mi salvador! ¡Sólo a él alabaré! Salmo 42:5
¡Sigue luchando! No permitas que las circunstancias te dobleguen. Pon tu confianza en el Señor y alábalo. De lo demás se encarga Dios.
¿Sabes algo? Dios hace todo bien y a su debido tiempo porque te ama y quiere lo mejor para ti. Si tienes una necesidad que todavía no ha sido suplida o estás esperando algo que todavía no llega, no te desesperes, sino preséntale a Dios en oración lo que tienes en el corazón. Dios siempre está dispuesto a escuchar y atender las necesidades y súplicas de sus hijos. La Biblia dice en Eclesiastés 3:1:
Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo. Eclesiastés 3:1 NVI
Te invito a que hoy le digas al Señor con toda sinceridad lo que necesitas o estás esperando, y le pidas que te ayude a confiar en que Su propósito se cumplirá en ti a su debido tiempo.
¿Quién puede decir que nunca se ha equivocado, que nunca ha cometido un error, que sus fracasos no le han sido dolorosos o que no tiene problemas? ¡Absolutamente nadie! Y tú no eres una excepción. Quizás hoy tengas un problema serio que no sabes cómo resolverlo o que te da temor el resultado que pueda tener. Si es así, escucha las siguientes palabras del profeta Isaías:
¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti, a todos los que concentran en ti sus pensamientos! Isaías 26:3 NTV
El Señor está contigo y quiere llenarte de paz incluso en medio de tus problemas. Acércate a Él en oración y pídele que te ayude a discernir y seguir sus caminos. Confía en Jesús. Él nunca te va a defraudar.
Dios tiene un plan para tu vida, así como tiene un plan para cada persona que ha creado. Cuando lo buscas de todo corazón, Él te lo revela. Si te has perdido Su plan durante años, todavía puede hacerse realidad confiando en Él y siguiendo Su voluntad. Quizás no sea igual que como hubiera sido hace veinte años, o quizás no sea lo que tú imaginabas. Pero puedes estar seguro de que Su plan siempre es el mejor. Escucha lo que Dios nos dice a través del profeta Jeremías:
«Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza.» Jeremías 29.11
Agradécele hoy a tu Padre celestial por tener un plan para tu vida, y pídele que Su amor te motive a seguir siempre Su voluntad.
¿Sabes por qué el parabrisas en un auto es más grande que el espejo retrovisor? Porque el camino que tienes por delante es más importante que el que quedó atrás. Pero, si bien es cierto que tenemos que esforzarnos en alcanzar lo que está por delante, no es menos cierto que no podemos hacerlo con nuestras propias fuerzas, ni con lo que creemos son nuestras habilidades y talentos, sino con la fuerza del Señor. La Biblia dice en la carta a los Hebreos:
«… corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona.» Hebreos 12.1b-2a (DHH)
Te invito a que no pierdas de vista a tu Señor y Salvador, pidiéndole que sea Él quien te dé el aliento y las fuerzas necesarias para vivir y terminar en fe la carrera de tu vida.
¿De qué manera estás protegiendo tu vida espiritual? A través de su Espíritu, Dios te da la capacidad de amarlo, obedecerlo, servirlo y complacerlo. Pero como eso al enemigo no le gusta, es allí hacia donde dirige sus ataques, para tratar de alejarte de Dios. Para conseguirlo, atacará tu cuerpo y tu mente y tratará de controlarte a través de malos hábitos, dudas y miedos, e incluso a través de otras personas. El Salmo 61 nos dice:
Tú eres mi amparo seguro, una fortaleza donde mis enemigos no pueden alcanzarme. Permíteme vivir para siempre en tu santuario, ¡a salvo bajo el refugio de tus alas! Salmo 61.3-4 (NTV)
Recuerda que Dios te creó y redimió con un propósito. Por lo tanto, protégete viviendo cada día en la presencia de Dios. Cuando estás en ese lugar seguro, el enemigo no puede tocarte.
El Señor tiene un propósito para nuestra vida, por más que nos alejemos de él y lo ignoremos. Aunque cometemos muchos errores, él siempre está dispuesto a ayudarnos y perdonarnos, porque con amor eterno nos ha amado. Cuando le confesamos nuestras faltas, Él nos perdona y nos limpia de todo mal porque su amor va por encima de nuestras fallas, por más grandes que estas sean. Escuchemos lo que se nos dice en la Primera Carta de Juan:
«Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.» 1 Juan 1.9 (TLA)
¡Qué bueno es saber que la misericordia del Señor nos alcanza cada día, borra nuestras transgresiones y nos da una nueva vida! Le pido a Dios que esto sea motivo para ti de alabanza y adoración.