A través de su Espíritu, Dios nos da todo lo que necesitamos para poder manejar nuestras emociones y sentimientos para nuestro bien y el bien de la sociedad que nos rodea. Hoy, quizás más que nunca, necesitamos Su ayuda para navegar y salir victoriosos de esta pandemia. Escucha lo que nos dice el apóstol Pablo en Romanos 8:31 y 37:
¿Qué más podemos decir? Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros…
en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Confía en el Señor. Él está siempre de tu lado y nunca te va a defraudar ni abandonar. Permítele que sea el Dios y Señor de tu vida.
¿No puedes evitar criticar la conducta, decisiones o carácter de los demás? El orgullo o la arrogancia por tus conocimientos, tu experiencia o los éxitos que has logrado, te puede hacer creer que solamente tú sabes cómo hacer las cosas, que no hay otra manera posible o mejor, sino solo la tuya. Sin embargo, en Mateo 7:1 la Palabra de Dios nos dice:
No juzguen, para no ser juzgados. Porque con el juicio que juzgan, serán juzgados, y con la medida que miden serán medidos.
Hoy te animo a que, en vez de criticar, trates de descubrir las virtudes y cualidades de aquellos a quienes criticas. Quizás tengan cualidades que tú no posees. Recuerda que bienaventurados son los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
La excelencia es hacer lo que sea necesario para alcanzar un objetivo establecido de la mejor manera posible. La otra cara de la moneda, que muchas veces usamos, es la mediocridad. A veces hacemos cosas en forma mediocre solo para salir del paso, no dando lo mejor de nosotros mismos como corresponde. Pero Dios no se conforma con mediocridad. Él espera de nosotros excelencia. Así nos lo dice su Palabra en Colosenses 3:23-24, donde leemos:
Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente, porque ya saben que el Señor les dará la herencia como recompensa, pues ustedes sirven a Cristo el Señor.
Te animo a que, a partir de hoy, tu vida sea una de excelencia por la gracia de Dios.
La ansiedad es una dolencia muy común en el día de hoy, especialmente entre los niños y jóvenes, quienes no cuentan aún con las herramientas necesarias para enfrentarla y superarla. Hoy queremos recordarte lo que Jesús nos dice en Mateo 6:
No se preocupen por su vida…busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas… no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal!
Cuando la ansiedad te agobie, descansa en estas palabras de Jesús. Él nunca te va a fallar. Ten presente también las palabras del apóstol Pedro, quien dijo: «Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes».
Somos rebeldes por naturaleza. La insubordinación de Adán y Eva nos alcanza hasta nuestros días. ¡Qué difícil nos resulta someternos a las autoridades establecidas, a los padres, esposos, maestros, policías, gobernantes y… hasta a Dios! Sin embargo, la Palabra de Dios nos dice en Romanos 13:1-2:
Todos debemos someternos a las autoridades, pues no hay autoridad que no venga de Dios. Las autoridades que hay han sido establecidas por Dios. Por lo tanto, aquel que se opone a la autoridad, en realidad se opone a lo establecido por Dios, y los que se oponen acarrean condenación sobre ellos mismos.
Hoy te invito a que apliques estas palabras a tu vida. ¿Sabías que TODA autoridad viene de Dios? ¿De qué manera cambia esto tus actitudes hacia quienes tienen autoridad sobre ti?
¿Alguna vez has tenido ganas de vengarte de alguien? ¿Formas parte de ese grupo de personas que dicen «la venganza es dulce», o «te pagaré con la misma moneda», o «el que me la hace, me la paga»? Si es así, quiero decirte algo: la venganza nunca te va a dejar un sabor dulce. Al contrario, cuando todo haya pasado, te encontrarás con un sabor amargo.
Cuando sientas que quieres vengarte de alguien, recuerda lo que dice la Palabra de Dios en Romanos 12:19:
No busquemos vengarnos, amados míos. Mejor dejemos que actúe la ira de Dios, porque está escrito:
‘Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor’.
Te invito a que, al igual que el apóstol Pablo, confíes y descanses en la justicia divina.
A cuántos de nosotros nos gusta hacernos los mártires, mostrándoles a los demás cuánto nos sacrificamos por ellos y esperando que reconozcan nuestros esfuerzos, dedicación y sacrificio y nos alaben por ello. Pero, ¿será que Dios quiere que vivamos de esa manera? La respuesta la encontramos en Colosenses 3:23, donde el apóstol Pablo nos dice:
Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente.
Dios nos ha dado aptitudes, talentos y habilidades para que los usemos para su gloria y para el bien de nuestro prójimo. Si nos sacrificamos, que sea para agradar a Dios y no para conseguir algo a cambio. Entonces, vivamos con alegría «como sirviendo a Dios y no a las personas».
Nuestra Declaración de Independencia reza: «todos los hombres son creados iguales; … son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; … entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad». Pero, ¿qué pasa cuando, a pesar de ser libres, estamos atados a una adicción?
Jesús comprende. Es por ello que, en Mateo 11:28, nos dice:
«Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar.»
Cuando estamos cansados de luchar con cualquier batalla en nuestra vida y necesitamos ser libres de lo que nos está atando, Dios viene con su amor y gracia incondicional para quitar nuestra culpa y vergüenza. Si estás luchando, pídele a Dios que te ayude y descansa en Él. Él nunca te va a defraudar.
Cada día enfrentamos situaciones que prueban nuestro carácter y paciencia. Ante ellas, podemos reaccionar y responder con calma y sabiduría, o podemos hacerlo dejándonos llevar por el enojo o la indignación que sentimos. Escuchemos lo que al respecto encontramos en la carta de Santiago 3:17-18, donde dice:
Los que tienen la sabiduría que viene de Dios, no hacen lo malo…
buscan la paz, son obedientes… y siempre hacen lo bueno…
A los que buscan la paz entre las personas, Dios los premiará dándoles paz y justicia.
Hoy te invito a que busques esa sabiduría que viene de Dios. Estudia su Palabra y pídesela en oración. Él está dispuesto a dártela y a ayudarte a vivir en paz y en justicia.
Ser padre no es fácil, y mucho menos con las expectativas tan rígidas de la sociedad del día de hoy. Sin embargo, hay cientos de miles de hombres valientes que han decidido aceptar el reto y convertirse en papá. En Josué 1:9, Dios dice:
Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes,
que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas.
Los hombres en nuestra vida, especialmente nuestros padres, son una muestra clara de la perseverancia y fuerza para sobreponer obstáculos. Tomémonos el tiempo para honrarlos y recordarlos por su esfuerzo y fortaleza ante los retos de la vida y sigamos su ejemplo luchando también nosotros con esfuerzo y fortaleza.