¿Estás satisfecho con la influencia que ejerces en la vida de tu familia, amigos y compañeros de trabajo o estudio? ¿O sientes que podrías estar dándoles mucho más? Gracias al sacrifico que Jesús hizo por ti y por mí en la cruz, somos libres de elegir cómo y cuánto servir a quienes nos rodean. El apóstol Pablo nos dice:
Hermanos, ustedes han sido llamados a la libertad,
sólo que no usen la libertad como pretexto para pecar;
más bien, sírvanse los unos a los otros por amor.
Gálatas 5:13
Quizás este sea un buen momento para que hagas un alto en tu camino y evalúes tu deseo y capacidad de servicio. Pídele a Dios en oración que te muestre el camino que él quiere que sigas.
Todos podemos influenciar a otros para bien. Para lograrlo, necesitamos desarrollar ciertas cualidades como ser sensibles a las necesidades de los demás, ser congruentes con lo que decimos y hacemos y hacer las cosas sin esperar nada a cambio. Jesús, el buen pastor, fue el líder por excelencia. ¿Cómo lo logró? Siendo fiel a sus seguidores, amándolos, y cuidándolos con compasión y sin esperar nada a cambio. Escuchemos sus palabras:
… las ovejas reconocen la voz del pastor y se le acercan.
Él llama a cada una de sus ovejas por su nombre… camina delante de las ovejas,
y ellas lo siguen porque conocen su voz.
Juan 10:3-4 NTV
Te invito a que hoy busques a tu Pastor Jesucristo, escuches su voz y le sigas fielmente.
A lo largo de los años pasamos por muchas transiciones que a veces nos llevan por caminos insospechados. Algunas las pasamos airosamente y en otras desmayamos, hasta que por fin llegamos a la transición final que nos conduce a nuestro destino eterno. Pero no tenemos por qué hacerlo solos. El Señor nos dice en su Palabra:
Escucha lo que te mando:
Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios,
y estaré contigo por dondequiera que vayas.
Josué 1:9
Hoy te invito a que, cuando estés enfrentando una transición, te tomes de la mano de nuestro Señor Jesucristo y camines con la seguridad que te da su presencia.
Sin duda alguna, en la vida las cosas cambian: cambian las circunstancias, las condiciones, los sentimientos. Y nuestra reacción ante los cambios va a determinar nuestra adaptación. En la Biblia tenemos el ejemplo de Abraham. Cuando el Señor le dice: «Vete de tu tierra … y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré», Abraham fue a prepararse para seguir la dirección de Dios.
Jesús nos dice:
«Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas les serán añadidas.»
Mateo 6:33 RVC
Amigo, hoy quiero animarte a que, antes de seguir adelante con los planes de cambio que puedas tener, hagas un alto, busques la dirección de Dios y te prepares intencionalmente para seguirla.
Si analizamos las cosas que no hemos logrado en la vida, nos damos cuenta de que muchas veces la causa fuimos nosotros: dejamos cosas sin terminar o las terminamos a último momento; tratamos de hacer algo tan perfecto, que terminamos no haciéndolo; o ponemos excusas para no hacer algo, como que no va a funcionar, o no puedo, o es imposible, etc. En su Palabra, Dios nos dice:
Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman…
si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros
(Romanos 8:28,31). RVC
Querido amigo, no estás solo: Dios está contigo, ¡siempre! Búscale y confía en su ayuda.
Cuánto nos limitamos porque creemos que nuestro pasado nos persigue, que fallar es fracasar, porque ‘qué va a decir la gente’, o porque nuestra vida sería perfecta solo si tuviéramos tales y cuales cosas. La realidad es que todas esas limitaciones son ciertas solo en la medida en que nosotros las aceptemos como verdaderas. Aun habiendo sufrido toda clase de peligros, males, azotes, naufragios, persecución y cárcel, Pablo, apóstol de Jesucristo, pudo decir:
Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación…
Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.
Filipenses 4:12-13 NTV
Amigo, es mi oración que estas palabras de Pablo te alienten en el camino de tu vida.
A pesar de los muchos caminos y oportunidades que la vida nos ofrece, con facilidad desperdiciamos nuestros días y talentos trabajando solo por el dinero o porque creemos que no tenemos otra opción, olvidando que lo que cosechamos en la vida depende directamente de en qué invertimos nuestros recursos. Escuchemos lo que dijo Jesús:
A cualquiera que me oye estas palabras y las pone en práctica,
lo compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca.
Cayó la lluvia, vinieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa,
pero ésta no se vino abajo, porque estaba fundada sobre la roca.
Mateo 7:24-25 RVC
Es mi oración que, si aún no lo has hecho, comiences a construir tu casa sobre la roca.
Sabemos que ningún extremo es bueno. No es lo mismo tomar un descanso que vivir en pereza. La Biblia dice que «… quien no quiera trabajar tampoco tiene derecho a comer… trabajen para ganarse la vida…» 2 Tesalonicenses 3:10-12 TLA.
Por su parte, Jesús nos alienta con las siguientes palabras:
Ustedes viven siempre angustiados y preocupados.
Vengan a mí, y yo los haré descansar…
Mateo 11:28 TLA
Hoy te invito a que te acerques a Dios en oración y deposites ante su trono todas las cosas que te angustian o preocupan, confiando en que él se hará cargo de ellas.
Muchas personas pierden la salud por trabajar demasiado para ganar dinero, y luego pierden todo ese dinero tratando de recuperar la salud. En contraste, Jesús nos dice:
No vivan pensando en qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner.
La vida no consiste solamente en comer, ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan…
Ya no se preocupen… Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey,
y que hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.
Mateo 6:25-35 TLA
Te invito a que disfrutes la vida que Dios te ha dado: trabaja para Él y descansa en Él.
Los niños no nacen totalmente desarrollados, sino que poco a poco, con la incentivación y guía de sus padres y otros adultos, van creciendo mental, espiritual, social y físicamente. Con Jesús fue igual. La Biblia nos dice que «Jesús siguió creciendo en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y con los hombres» (Lucas 2:52).
La tarea que tenemos los padres es enorme y no es fácil, ¡pero es imprescindible! También es enorme el privilegio que Dios nos concede al confiar a nuestro cuidado la vida de sus preciosas criaturas. Dios exige, pero también es claro en cuanto a lo que espera de nosotros. Dice el profeta Miqueas:
«El Señor te ha dado a conocer lo que es bueno, y lo que él espera de ti, y que no es otra cosa que hacer justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios.» (Miqueas 6:8)
Agradécele hoy a Dios por la oportunidad que te da de influenciar para bien la vida de sus criaturas y pídele que te ayude a crecer cada día más en justicia, misericordia y humildad.