Se dice que los ojos son nuestra ventana al mundo, ya que a través de ellos disfrutamos de la hermosa creación de Dios. También son una herramienta que nos permite enfocarnos con precisión, aunque fácilmente pueden enfocarse incorrectamente. En su carta a los efesios, el apóstol Pablo nos dice:
«… hemos sido creados en Cristo Jesús para realizar buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que vivamos de acuerdo con ellas.»
Efesios 2:10
Pidámosle a Dios que nos ayude a dejar de mirarnos a nosotros mismos para enfocarnos en la razón por la cual fuimos creados, esto es, responder al llamado de Dios de hacer el bien a quienes nos rodean.
¿Alguna vez has pensado cuánto vale tu hijo? ¿Le has hecho saber cuán importante es para ti? ¿Le abrazas y le muestras afecto? ¿Compartes tiempo de calidad con él? ¿Conoces sus inquietudes y sus temores? ¿Sabes sus opiniones acerca de cosas relevantes en su entorno? ¿Eres consciente que tus hijos son un tesoro que Dios te prestó? Escucha lo que dice la Biblia:
«He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre».
Salmo 127:3
Hoy te invito a que revises, evalúes y, si es necesario, redirijas tu relación con tus hijos y con tus seres queridos, para asegurarte de que estás supliendo su necesidad de sentirse seguros en las manos de Dios y en las tuyas.
En mayor o menor medida, a todos nos gusta ser reconocidos y aceptados por quienes nos rodean. Pero hay personas que «necesitan» el reconocimiento para sentirse bien. Escucha lo que dice el rey David:
«Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre.
¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!»
Salmo 139:13-14
¿Qué más necesitas para sentirte bien? Tu Creador se tomó el trabajo de formarte y, como si eso no fuera suficiente, también sigue tus pasos. En el mismo Salmo dice: «Señor… tú sabes cuando me siento o me levanto; ¡desde lejos sabes todo lo que pienso! Me vigilas cuando camino y cuando descanso; ¡estás enterado de todo lo que hago!» (vs. 1-3).
Las necesidades del ser humano han sido básicamente las mismas a lo largo de la historia y a través de las diferentes culturas. Si las tuyas no han sido satisfechas, pídele ayuda al Señor. No importa cuáles sean, ni a qué generación pertenezcas, o en qué país o cultura te desenvuelvas. Aún estás a tiempo de hacerlo. Dios tiene poder para suplir todas tus necesidades, sean físicas, materiales, espirituales, psicológicas o emocionales. Escucha las palabras del apóstol Pablo:
«Y este mismo Dios, quien me cuida, suplirá todo lo que necesiten
de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.»
Filipenses 4:19
Querido oyente, no dejes pasar más tiempo. Comparte hoy tus necesidades con Dios en oración, confiando en su poder para suplirlas.
¿Sientes que es imposible llevar una vida saludable en cuerpo, mente y espíritu? No estás equivocado: para el ser humano es imposible. Pero en el bautismo Dios nos ha dado la ayuda de su Espíritu Santo. La Biblia nos dice:
Con la ayuda de Dios podemos llevar una vida plena con salud física, mental y espiritual. Permite que el Espíritu de Dios te ayude a ser la mejor versión de ti mismo.
Nuestro cuerpo es un regalo de Dios. Sin embargo, a veces lo descuidamos y luego pagamos las consecuencias con un sin fin de achaques y tropiezos. La Biblia nos dice:
¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes,
y que recibieron de parte de Dios, y que ustedes no son dueños de sí mismos?
… Por lo tanto, den gloria a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios.
1 Corintios 6:19-20 RVC
Gracias al sacrificio de Jesús, tú y yo podemos obedecer a Dios cuidando de nosotros mismos y así darle la gloria a él, nuestro Creador.
Uno de los tesoros más preciados que el ser humano puede tener es su familia. Si las cosas en tu familia no están muy bien, si sientes que el amor entre ustedes ya no está fluyendo transparentemente, te invito a que seas tú quien marque la diferencia buscando soluciones y tratando de entender cómo reciben amor cada uno de ellos para así poder demostrárselo. El salmista dice:
Elevo mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene del Señor, creador del cielo y de la tierra.
El Señor no dejará que resbales; el que te cuida jamás duerme.
Salmo 142:1-3 RVC
¿De dónde vendrá tu ayuda? Tu ayuda viene del Creador de la familia, querido amigo. Pídesela, y él te la dará.
¿Estás satisfecho con la influencia que ejerces en la vida de tu familia, amigos y compañeros de trabajo o estudio? ¿O sientes que podrías estar dándoles mucho más? Gracias al sacrifico que Jesús hizo por ti y por mí en la cruz, somos libres de elegir cómo y cuánto servir a quienes nos rodean. El apóstol Pablo nos dice:
Hermanos, ustedes han sido llamados a la libertad,
sólo que no usen la libertad como pretexto para pecar;
más bien, sírvanse los unos a los otros por amor.
Gálatas 5:13
Quizás este sea un buen momento para que hagas un alto en tu camino y evalúes tu deseo y capacidad de servicio. Pídele a Dios en oración que te muestre el camino que él quiere que sigas.
Todos podemos influenciar a otros para bien. Para lograrlo, necesitamos desarrollar ciertas cualidades como ser sensibles a las necesidades de los demás, ser congruentes con lo que decimos y hacemos y hacer las cosas sin esperar nada a cambio. Jesús, el buen pastor, fue el líder por excelencia. ¿Cómo lo logró? Siendo fiel a sus seguidores, amándolos, y cuidándolos con compasión y sin esperar nada a cambio. Escuchemos sus palabras:
… las ovejas reconocen la voz del pastor y se le acercan.
Él llama a cada una de sus ovejas por su nombre… camina delante de las ovejas,
y ellas lo siguen porque conocen su voz.
Juan 10:3-4 NTV
Te invito a que hoy busques a tu Pastor Jesucristo, escuches su voz y le sigas fielmente.
A lo largo de los años pasamos por muchas transiciones que a veces nos llevan por caminos insospechados. Algunas las pasamos airosamente y en otras desmayamos, hasta que por fin llegamos a la transición final que nos conduce a nuestro destino eterno. Pero no tenemos por qué hacerlo solos. El Señor nos dice en su Palabra:
Escucha lo que te mando:
Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios,
y estaré contigo por dondequiera que vayas.
Josué 1:9
Hoy te invito a que, cuando estés enfrentando una transición, te tomes de la mano de nuestro Señor Jesucristo y camines con la seguridad que te da su presencia.