Por más que la sociedad opine diferente, tener éxito en la vida no significa tener mucho dinero ni ser famoso. Nadie es exitoso simplemente porque le va bien en los negocios o en su profesión.
El apóstol Pablo escribió: «… estimo todo como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor» (Filipenses 3:8). Es que las bendiciones temporales pierden su brillo cuando nos encontramos con Aquél que bendice. Escuchemos lo que Jesús nos dice:
Hoy te invito a que evalúes las cosas que buscas en tu vida, para asegurarte que tus prioridades están de acuerdo con las prioridades de Dios.
En la Biblia, Dios estableció un modelo de excelencia para mostrarnos que se puede vivir una vida distinta: una vida de excelencia. Para ello nos dio el poder de su Palabra y la guía, enseñanza y consuelo de su Espíritu Santo.
Cuando la excelencia es un compromiso constante en nuestro camino, impactamos y atraemos a quienes nos rodean, haciendo realidad las palabras de Jesús en Mateo 5:16 que dice:
¿Es suficiente la luz que alumbras para que quienes te observan den gloria a Dios?
Si bien las cosas espirituales son las más importantes, no es menos cierto que Dios espera que cuidemos no solamente de nuestro espíritu, sino también del alma y cuerpo que nos ha dado. Pero, aún así, no debemos descuidar el tiempo que debemos dedicar a la familia, al estudio y trabajo, a las relaciones sociales, el descanso, etc., porque aunque «no somos del mundo», como dijo Jesús, sí estamos en el mundo.
Escucha lo que nos dice la Biblia al respecto, a través de las palabras del Rey Salomón en Eclesiastés 3:1:
Te invito a que, en oración, le pidas a Dios que te muestre los cambios que necesitas hacer para que tu vida tenga equilibrio, y luego te ayude a concretarlos.
¡Qué fácil es echarle la culpa al otro cuando algo no sale bien, en vez de asumir nuestra parte de responsabilidad y juntos buscar una solución que aporte paz y bienestar! Sin embargo, no tiene por qué ser así. Escuchemos lo que nos dice la Palabra de Dios en Proverbios 10:12:
Dios demostró que «el amor cubre todas las faltas» cuando, en su gran amor, envió a su hijo Jesucristo a morir por nosotros para que su sangre cubriera todas nuestras faltas y pudiéramos ser reconciliados como hijos suyos.
Te invito a que le pidas a Dios en oración que te ayude a cubrir de amor las faltas de quienes te rodean.
El miedo nos hace pensar en forma negativa y esto, a su vez, puede llevarnos a actuar con agresividad o con excesiva timidez, tratando de pasar desapercibidos; o puede volvernos indecisos, o hacernos demasiado sumisos o arrogantes. En definitiva, el miedo saca afuera lo peor de nosotros.
Demos gracias a Dios, que nos ha provisto una solución. Escuchemos lo que nos dice Colosenses 3:13-14:
Te invito a que le pidas hoy a Dios que te revista con su amor, y que te ayude a ser tolerante y perdonar a quienes te rodean, así como él te ha perdonado a ti.
En gran medida, la forma en que encaramos la vida está condicionada por los miedos que llevamos dentro nuestro. Esos miedos nos impiden ver la realidad como ella realmente es. Sin embargo, cuando se trata de amar, la Biblia nos dice algo totalmente diferente:
Te propongo que, en oración, le presentes y entregues a Jesucristo los miedos que te acosan y paralizan, y le pidas que los remplace con su amor perfecto.
A través de los siglos el amor, y sobre todo el amor romántico, ha inspirado miles y miles de canciones, poemas y libros. La Biblia también habla del amor. Escucha lo que nos dice el apóstol Pablo en 1 Corintios 13:
Jesucristo es el amor de Dios hecho hombre por nosotros. Gracias a su vida, muerte y resurrección, podemos ahora amar con ese amor que todo lo sufre, con ese amor todo lo cree, con ese amor que todo lo espera, señores… con ese amor que todo lo soporta.
Cada día nos presenta nuevos desafíos, que muchas veces no son agradables. Las agresiones, especialmente las verbales, las quejas y las críticas, son parte de la vida diaria de nuestra sociedad. Es por ello que, para contrarrestar toda esa negatividad, el apóstol Pablo nos dice en Colosenses 4:6:
La propuesta para hoy es que hagas una lista de las cosas buenas de tu pareja, le escribas una carta agradeciéndole por ellas, se la des cuando llegue a casa y luego que la lea le invites a agradecer juntos a Dios en oración por las bendiciones que Él ha derramado sobre ustedes.
En lo profundo de su corazón, la mujer desea y espera que su esposo sea el líder espiritual de su hogar. En otras palabras, que sea como un «paraguas» espiritual bajo el cual ella y los niños se encuentran seguros. La Biblia hace referencia a ese hombre en el Salmo 1, donde nos dice:
Hoy te invito a que te acerques a Dios en oración y le pidas que te ayude a guiar a tu familia al perdón y al amor de su hijo Jesucristo, para que juntos puedan deleitarse en Él y dar mucho fruto.
Amar incondicionalmente a nuestra pareja significa hacerle saber que estaremos a su lado en salud y enfermedad, en riqueza y en pobreza, en tiempos buenos y en tiempos malos. En toda circunstancia nos regocijaremos en la pareja con la cual Dios nos ha bendecido, pues el Dios soberano es nuestra fortaleza y alegría.
Como dice el profeta Habacuc en el capítulo 3:17-18:
Si aún no lo has hecho, la propuesta que tengo para ti hoy es que le digas a tu pareja que le amas incondicionalmente.