Comenzar una nueva vida en un país extraño, muchas veces sin dominar el idioma y sin el apoyo de familiares y amigos, puede resultar agotador. Las tareas comunes como encontrar vivienda, trabajo, escuela para los niños y atención médica, de pronto se vuelven abrumadoras.
Sin embargo, no estamos solos. Escuchemos lo que Dios nos promete en su Palabra:
«Mientras vivas nadie podrá hacerte frente, porque yo estaré contigo…
No te dejaré, ni te desampararé.» Josué 1:5
Es nuestra oración que esta promesa te acompañe cada día de tu vida.