Principios para la vida

Regresa

Orar es sencillamente hablar con Dios. Él siempre escucha nuestras oraciones y siempre las responde: a veces con un sí, otras con un no y otras con un todavía no. Como hijos obedientes y maduros, podemos aceptar las respuestas de Dios sin hacer pataletas, confiando en la promesa que nos hace Jesús:

«Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.»
Mateo 28.20

Es mi oración que esta promesa de Dios te anime todos los días a hablar con él confiadamente, sabiendo que, pase lo que pase, Jesús siempre está a tu lado.

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