Tenemos un abogado
Todos nos equivocamos y pecamos. Todos hacemos cosas de las cuales nos arrepentimos o por lo menos debiéramos hacerlo. Pero gracias al sacrificio, muerte y resurrección de Jesucristo, no tenemos que cargar con el peso de la culpa sobre nuestros hombros por el resto de la vida. Al confesar a Jesús como Señor de nuestra vida, somos perdonados de nuestros pecados. La Biblia nos dice en 1 Juan 2:1:
Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Si alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre, a Jesucristo el justo. 1 Juan 2:1
Te exhorto a que te presentes delante del Señor con el corazón en la mano, le pidas perdón en el nombre de Jesús y sigas adelante viviendo la vida que Él ha preparado para ti.